La verdad es que últimamente los tenía un poco olvidados pero está claro que nunca es tarde para volver a saludar a viejos amigos.

Hace una semana (quizás un poco más) Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid y portavoz de la CEE, decía que aquellos católicos que votasen a favor de la nueva ley del aborto tendrían que confesarse y disculparse públicamente si querían volver a comulgar.

Intentando ser razonables comprendo que la iglesia católica sea totalmente pro-vida y por ello se posicionen frente a la nueva ley del aborto. Pero considero que mezclar el tocino con la velocidad es algo osado. Vayamos a un claro ejemplo práctico: José Bono, ese personaje tan español y católico, que ha votado a favor de esta ley tan “condenada” por la iglesia. Intento hacer un esfuerzo de empatía e intentar colocarme en una posición católica y reitero que la posición pro-vida de una persona con esas convicciones me parece totalmente respetable pero la posición que toma la iglesia (agresiva y condenatoria) no sea quizás la más adecuada.

Pero también creo que la iglesia, como institución, debe mirar su pasado y condenarlo por el mismo hecho que condenan al aborto; no olvidemos que el propio Papa por aquel entonces (Juan Pablo II) dio la comunión a Augusto Pinochet, una persona que históricamente no ha tenido una postura muy pro-vida, sobre todo con aquellos no adscritos a su régimen. Pero el caso del Pinochet, al que también Juan Pablo II felicitó sus bodas de oro mediante un telegrama, no es un caso aislado: Franco fue “Caudillo de España por la gracia de Dios”... ¿alguien duda de las excelentes relaciones de Franco y la iglesia (ahora pro-vida, antes pro-no-lo-tengo-demasiado-claro?

Una institución que firmó con la Alemania nazi un concordato para legitimizar el gobierno de Hitler, el mayor genocida de la historia. Y hablando de nazis ¿qué podemos decir de Ratzinger quien militó en las juventudes hitlerianas?… Mussolini, Pavelic, Videla, Salazar e incluso Castro… Quizás antes de “condenar” leyes progresistas, esta “maravillosa” institución debe revisar su pasado y ya puestos su presente y su futuro.