Masked and Anonymous

Llegaba a casa cuando comenzaba Masked and Anonymous algo me en ella me llamó la atención, no sabía demasiado bien que era, quizás fuese la...

Llegaba a casa cuando comenzaba Masked and Anonymous algo me en ella me llamó la atención, no sabía demasiado bien que era, quizás fuese la estética, quizás la fotografía… había algo “diferente”; Masked and Anonymous nos lleva a unos Estados Unidos en guerra civil, lo que no queda demasiado bien es cuando está datada, yo apostaría por un futuro no demasiado lejano.

En esos Estados Unidos en guerra alguien (John Goodman) decide organizar un concierto benéfico con la idea que la música traiga la paz; tan solo habrá un artista: Jack Fate que no es otro que Bob Dylan… vale, en ese momento descubrí ese algo “diferente”, y es que Dylan no solo actúa en la cinta si no que también la co-escribe (vamos el pseudónimo de Sergei Petrov). Todo ello nos lo muestran tras un prisma que pretende dar una visión del mundo bizarra y surrealista… no sé, cual es la intención para tomar esta perspectiva pero lo único que me ha parecido es que tan solo consigue que al espectador le resulte una cinta un tanto (demasiado) extraña.

Masked and Anonymous es incomprensible para la mayoría (entre la que sin duda me encuentro), vamos, entiendo la historia, entiendo la intención pero siento que me falta algo… y es que la historia toca todo lo que puede: economía, política, conflictos generacionales, todo ello salpicado por la poética y las melodías del bueno de Bob, aquí Jack Fate… vamos, un cóctel sin demasiado criterio (o por lo menos yo no se lo he encontrado en ningún momento y creo que no he sido el único, mi hermano, que me acompañaba cambiaba constantemente de cara, y él puedo asegurar que no vio la película, si no que la pareció).

Lo que no se puede dudar es que el bueno de Bob (en esta cinta claramente salvador del mundo) se rodea de caras más que conocidas: Micky Rourke, Penélope Cruz, el ya nombrado John Goodman, Jessica Lange, Ed Harris, Luke Wilson… ellos y más se pelean por salir unos instantes al lado de Dylan.

Y es que tristemente Masked and Anonymous no llega a ser ni un concierto de Dylan (con esto hubiese salvado la cinta). Es que no hay por donde coger esta cinta… sí, por el final, que suena Blowin’in the Wind y consigue hacernos olvidar por un segundo el esperpento al que acabamos de ser sometidos!

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