El Otro Lado de la Cama

Recuerdo como hace años El Otro Lado de la Cama arrasó las taquillas españolas, todos hablaban de ella, pero mi economía no me permitía ir ...

Recuerdo como hace años El Otro Lado de la Cama arrasó las taquillas españolas, todos hablaban de ella, pero mi economía no me permitía ir al cine a ve patrañas (sigue sin hacerlo, por lo tanto si alguien quiere ser mi mecenas…) e internet no permitía descargar películas con tanta facilidad… años después (más de un lustro) me encuentro con esta cinta y he decidido hacerme con ella ya que en su momento no entré a la sala de cine.


¿Me arrepiento de no haber entrado? Por supuesto que no, El Otro Lado de la Cama no merecía aquella entrada (ni la merece en la actualidad); sí, puede ser una película fresca y divertida dentro del cine español tal y como dicen las críticas de aquel entonces, pero El Otro Lado de la Cama no deja de ser una película española (y uso este calificativo para hablar de enredos sexuales y tetas al aire) en la que además ciertos personajes perpetran crímenes contra la música española en escenas más propias de un musical que de una película.


Y es que con la excepción de María Esteve (y quizás Ernesto Alterio) cantar, lo que se dice cantar no hacen… El mayor ejemplo es Alverto Sanjuan ¡cuántas noches de karaoke me ha recordado!
Pero no, no le aticemos al cante que está claro que no debe ser el fuerte de un actor. Hablemos entonces de cine… Guión sólido dicen los críticos ¿sólido? ¿de verdad? Creo que la visión de los pechos y el bello púbico de Natalia Verbeke ha confundido a nuestros críticos. Personajes sin ton ni son: el de Alberto Sanjuan, el de María Esteve, el de Secun de la Rosa y sobre todo el lamentable papel de la estupenda Leticia Dolera… pasan con más pena que gloria y no por sus interpretaciones si no porque aparecen para… bueno, para algo que aun no hemos descubierto.

Las parejas del intercambio cumplen, sin más, ellas enseñan sus cuerpos, ellos ¿qué hacen ellos? Cantan o dan el cante, no lo recuerdo….

Y es que es un producto típicamente español: tetas, tacos, tetas y… tetas. Pero para hacernos los modernos cantamos además. Seguro que Mariano Ozores tenía sitio en esta cinta, que pena que no se lo hayan buscado.

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