Destellos de una Excursión

- ¿Y cómo explico yo este viaje? – pregunté - No, sé… supongo que como siempre… - me dijiste Pues creo que no, que no ha sido un viaje...

-¿Y cómo explico yo este viaje? – pregunté

-No, sé… supongo que como siempre… - me dijiste

Pues creo que no, que no ha sido un viaje como siempre; porque siempre vamos a la aventura, a descubrir, a pasear… pero esta vez la aventura ha sido diferente, el verbo “conocer” (como pesa eh?) no solo se refería a nuevos lugares y la aventura sin duda era diferente.

Porque los viajes de la mano de personas que viven su isla son muy diferentes; sí, pierdes el encanto de descubrir cosas por ti mismo, no hay duda, pero ganas descubrirlas acompañado de la mejor manera posible e incluso llegar puntas que podrían ser el fin de mundo y que sin ti jamás me hubiese planteado llegar.

No quiero que este resumen sea demasiado personal, que N me diga que se lo susurre al oído en vez de escribirlo aquí, no quiero que Noviembre no tenga que recoger cubitos de baba mientras piensa "que bonitoooo"... que Teo tenga que llamarme para saber qué es lo que haré con mi futuro y que tú sonrías al recordar cómo me pedías en matrimonio (rodilla al suelo, por supuesto) sin que haga falta escribirlo.

Por eso y por más cosas (que no vienen demasiado al caso) he considerado que en vez de relatar con orden, como si fuese un diario de viajes, los lugares a los que fuimos o las cosas que hicimos, he decidió hablar de puntos concretos, de lugares que me han llamado la atención, de cosas que se puedan y queremos contar de… ¿te parece bien? Imagino la respuesta: por supuesto (pero con tu acento).

Por cierto, he vuelto a despegar del sur y ahora, cuando veo el suelo árido sonrío pensando que sí, que tienes razón, tu isla es una isla de contrastes.

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