Comentaba hace no demasiado que Life era una serie discreta pero que capítulo tras capítulo iba poco a poco mejorando partiendo de un refrito (con un gusto aceptable) de otras series de policías, mentalistas y cosas así... esta segunda temporada continúa con esa línea ascendente de la pasada llegando a convertir Life en una buena serie.

Y es verdad que perdemos parte del rollo Zen de la primera (y corta) temporada de Life pero en cambio se ha trabajado mucho más sobre los personajes y los diálogos de los protagonistas, además de la inclusión de nuevos personajes que dotan de vida a la serie y es que la llegada de Tidwell a la serie dota a la misma de una vena cómica de la que carecía, sin duda el personaje de Tidwell es el último vértice del triángulo formado por Crews y Reese, un triangulo que no funcionaba del todo bien con Bobby Strack y que era demasiado lejano para Ted Early, que no fuese policía lastraba a este personaje en la primera temporada en esta segunda el propio Early cuenta con su propia trama y además es incluido como apoyo a Crews, haciendo así participar mucho más al personaje en la serie.

De lo que no hay duda es de que esta segunda temporada de Life se ha cuidado de manera excepcional la banda sonora en cada uno de sus capítulos, esta temporada podremos encontrar desde Cat Power hasta Travis, pasando por Keane, Gary Jules o Fountains of Wayne.

Sí, Life ha mejorado (y mucho) pero esos cambios no se han traducido en más audiencia quedando así a merced de los directivos de la cadena si esta serie es merecedora de una tercera temporada. ¿Puede ser entonces esta segunda temporada un final definitivo? Pues todo dice que sí pero no es el previsto de antemano si no ¿quien completa los cuadros vacíos del muro de Crews? Personalmente opino que si este es el final de Life es injusto y que esta serie, que ha mejorado agigantadamente capítulo tras capítulo, se merecía algo mejor.