Chuecatown

No tengo duda que en la Academia de Cine Español hay traidores, sí, traidores que intentan cargarse el cine español, traidores que inundan ...

No tengo duda que en la Academia de Cine Español hay traidores, sí, traidores que intentan cargarse el cine español, traidores que inundan las salas de esperpentos escondidos bajo el pseudónimo de películas de cine, gente mala que quiere alejar a los espectadores de esa limitada serie de películas que intentan ser honestas y contribuir positivamente a la opinión de los espectadores sobre el cine español. Y sin duda Juan Flanch es uno de ellos.

Y es que Chuecatown no hay por donde cogerla; yo entiendo que podemos parodiar un género como el thriller pero una cosa es parodiar y otra muy diferente atentar. Y mira que el pobre Pepón Nieto intenta que las cosas vayan bien... y mira que Rosa María Sardà está en su línea tan genial e histriónica como siempre... y mira que Edu Soto tiene una actuación solvente... pero Pablo Puyol es capaz de tirar todo ese trabajo por tierra; el actor Puyol tiene de psicópata lo que yo de monaguillo.

Y es que Chuecatown lucha por ser una comedia abierta y liberada pero parece una película al más puro estilo Mariano Ozores, de destapa, pero no de teta, si no de culo... llega un momento de la proyección en la que uno comienza a sentir vergüenza ajena, en la que piensa cuanto se arrepentirán los actores de verse envueltos es tal macedonia...

Que sí, que puedo admitir que tiene puntos irreverentes e incluso buenos (el nombre de los gatos, Rosa María Sardà y sus fobias, el mitin...) pero lo malo es malísimo consiguiendo así cargarse el trabajo de los anteriormente mencionados destrozando algo que pudo haber sido bueno. Chuecatown no es más que una comedia de terror cañí: rancia, rancia. Por ello hemos decidido:

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