Dragonball Evolution posiblemente suponga el mayor asesinato de personajes representativos de mi infancia, Dragonball Evolution destroza en 90 toda aquella serie blanca de anime que coleccioné de pequeño (gracias mamá y papá por aquellas 125 pesetas para comic) y el problema es que sabía lo que iba a ocurrir… durante mucho tiempo me negué a saber nada de esta cinta pero al final la curiosidad venció al gato o lo que viene a ser lo mismo: me descargué esta cinta.

Y es que ya todos sabemos que siempre, aunque digamos que no, terminamos comparando la cinta con la obra original en la que hemos puesto tantas horas e ilusiones… y habitualmente, por no decir siempre, debemos agachar la cabeza mientras pensamos “¿por qué lo he hecho?”; Dragonball no es una excepción a esa regla.

Y es que se supone que la adaptación de un libro (o un comic en este caso) aunque pueda ser libre en algún momento debe contener gran parte, o por lo menos la esencia, de la obra original. Esto no se da en ningún momento en Dragonball Evolution, la vida de Goku se ve acortada, lo mandan a un high-school y vive sufriendo bouling pero enamorado de Chi-Chi ¿cómo se come eso? Hombre, todos los conocedores de Dragonball saben que Son Goku no es un tío que brille por su inteligencia pero de eso a convertirse en un ser lobotomizado hay un gran trecho…

Aunque puede ser que Goku no esté lobotomizado y tan solo suceda que no pueda apartar la vista del escote de Chi-Chi, o del de Bulma… a ver, pregunta a la gente de mi generación ¿recordáis que los personajes femeninos tuviesen esas tetas en la serie de dibujos o en el anime? Es que me he quedado impresionado a la par que anonadado, no por el volumen de sus formas, si no porque parece que nuestras damas hayan ido a Cambio Radical.

De los efectos especiales prefiero ya ni hablar y de Piccolo tampoco porque considero que este personaje ni aparece en la cinta, aparece alguien que tiene el mismo nombre pero que se parece como un ladrillo a una hortensia de las que cuida mi madre.

Y es que está claro que 90 minutos no pueden resumir más de 200 animes pero muy diferente es inventarse una historia paralela y copiar los nombres. Sinceramente, no me voy con la sensación de tristeza que me han hecho sentir otras adaptaciones, me voy con la cabeza gacha pensando que quizás mañana un niño, mi ahijado por ejemplo, vea esta cinta y que a su lado no haya un “pureta” que pueda darle un anime de Toriyama y entonces ese niño se quede con la sensación que Bolas de Dragón es lo que le muestra esta cinta. Tan frío y hastiado me ha dejado esta cinta que hoy no habrá gatitos para Dragonball porque no, me niego, esto no es la historia de Son Goku que yo he leído.

Recuerdo ahora un anuncio de mi infancia donde se veía a una niña paseando por un cementerio y depositando unas flores en la tumba de Crash Bandicoot, segundos después se escuchaba algo como “la piratería mata a tus ídolos”… hoy puedo decir: el cine mata a tus ídolos, sin miedo a equivocarme.