No os lo ocultaré ni un solo segundo La Gran Caída de Igby es una cinta un tanto especial, de esas que las ves y sabes que tiene errores pero que en tu interior deja un poso realmente interesante.

Desde los primeros minutos La Gran Caída de Igby nos muestra una mundo desestructurado. Un reflejo histriónico del mundo actual: egoísmo, tendencias radicales e inaceptación (que no inadaptación) social.

El punto de partida es Igby un joven rebelde al que no le ha faltado de nada en su vida… bueno, sí… le ha faltado sentirse parte de un todo, de un grupo, de una familia. Igby es nuestro guía a través de un lujo orgánico aunque sin sentimientos, nada es lo que parece, de hecho el propio Igby trata a su mundo de falsa realidad, un mundo donde todo el mundo intenta tenerlo todo pero que en realidad no tiene nada.

Pero la crítica social no es el mayor y mejor punto de La Gran Caída de Igby si no que lo son sus irónicos diálogos, cargados de crueldad y un visceral humor negro que no dejará impasible a nadie.

Y todo esto sin desmerecer las actuaciones de la cinta, especialmente la de Kieran Culkin quien da vida al propio Igby o la banda sonora (un gusto encontrarse a Coldplay-pre-Ritmo-de-la-Noche). Como podéis ver se trata de una cinta muy completa y más que recomendable, por ello he decidido otorgarle a La Gran Caída de Igby:


La Gran Caída de Igby supone además el debut en la dirección de Burr Steers (quien además firma el guión).