Siempre he dicho que el cine francés está muy por encima del cine español, que posee un algo especial que lo convierte en un cine propio, tachado de intelectual y de elitista (en el sentido peyorativo de la palabra), personalmente no lo veo así aunque reconozco que al contar historias más intimistas y de personajes este cine puede dar esa imagen. Pero en todo cine, por muy bueno que sea, siempre existen manchas, pues hemos llegado a una de ellas.

Y es que Réquiem persigue el cine palomitero hollywoodiense (aunque ciertas escenas siguen conservando el estilo francés) pero ese no es el único problema de Réquiem ya que además es previsible hasta decir basta… tras los primeros minutos ya nos hemos percatado del camino que seguirá la cinta y que nos llevará hasta un desenlace totalmente previsible.

Lo que es innegable es el buen gusto estético, el cuidado por los detalles y el no dejar nada al azar. Y es que Réquiem es serie B pero serie B francesa donde los pequeños detalles están realmente cuidados. En este aspecto Réquiem supera a sus “hermanas” americanas. Y es por estos detalles por los que Réquiem entretiene, porque sí, es cine palomitero, pero es cine palomitero estéticamente perfecto. Un cine palomitero al que le otorgo:


Réquiem no pasará a la posteridad del cine pero dentro del cine de acción tiene un lugar destacado ¿por qué no ha sido un éxito dentro del género? Sin duda por la procedencia; probablemente si Jason Statham tuviese un papel en esta cinta estaríamos hablando de un taquillazo.