Érase una vez (Once upon a time), 1ª temporada

La primera vez que escuché eso de " Érase una vez... " recordé mi infancia, recordé a aquel glóbulo rojo sabio que cargaba oxígeno...

La primera vez que escuché eso de "Érase una vez..." recordé mi infancia, recordé a aquel glóbulo rojo sabio que cargaba oxígeno mientras instruía a glóbulos rojos más jóvenes pero no, no se trataba de esta archiconocida y educativa serie. Entonces resolví el acertijo: si no es nuestro amigo el cuerpo son cuentos, cuentos de hadas... y no me desencaminé demasiado.

Once upon a time no lleva de nuevo a los cuentos de hadas, unos cuentos en los que ya no hay finales felices por que directamente: ya no hay finales. Y es que Pepito Grillo, Blancanieves, Caperucita, Pinoccio, Gepetto y demás personajes clásicos han abandonado su mundo para vivir en nuestra realidad una vida mortal y cotidiana. Como sois listos comprenderéis que esta situación viene derivada de un hechizo malvado de la Reina Malvada (quién le puso los nombre no se molestó demasiado en pensarlos) contra el que luchará nuestro príncipe azul.. ejem... no, en este cuento no, aquí el Príncipe Azul es un ñoño-gilipollas y quien debe luchar es (en un principio) una joven detective sin vínculos familiares.

Pero en Once upon a time el mundo es dual. Los personajes clásicos (en su mayoría de los hermanos Grimm) tienen sus correlaciones en el mundo real donde se comportan de manera similar  Sí, sé lo que podéis estar pensando: es una serie ñoña y la verdad es que no os falta razón. Está claro que busca de nuevo ilusionarnos con cuentos de princesas y príncipes  cuentos donde el amor verdadero todo lo consigue, cuentos donde los buenos siempre ganan... sí es verdad pero Once Upon a Time tiene una baza secreta: Robert Carlyle, sí, aquel Full Monty.

Y es que Robert Carlyle está fantástico en su papel de Rumplestinsky sin duda el personaje más interesante, inteligente, inquietante y emocional de la serie. Está claro que Jennifer Morrison, Emma en la serie, es la protagonista pero sinceramente su historia, la de su madre, la de su padre, la de... me importan un carajo y es que desde que Rumplestinsky entra en juego el resto queda en un segundo plano. Su historia es más oscura que la del resto, su estilo elegante y taciturno lo convierte en un personaje enigmático y atractivo, está claro que si Once Upon a Time sigue escarbando en la vida de Rumplestinsky tendrá un futuro prometedor.


Otro punto a favor de la serie, que la libra de lo naif, es la colación en el "mundo real" de la Reina Malvada convirtiéndola en una alcaldesa que todo lo puede y que comienza una guerra contra la novedad de pueblo utilizando todas sus artimañas: prensa, presión social, engaños, sobornos... Y es que al final entre todos salvan el papel a Morrison con la que cuesta un mundo conectar como espectador ya que nuestro héroe u heroína en su defecto debe ser fuerte y luchar a capa y espada por uno ideales cosas que Emma, el personaje de Morrison, no tiene y parece que actuar poniendo parche sobre parche.

De momento, y mientras llega ese futuro, debemos conformarnos con esta primera temporada que ha ido de menos a más esperando que la siguiente continúe la misma línea.

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