Era gordo y llevaba la cabeza afeitada. Sus cejas también lo estaban. Era un gordo desconocido para los allí presentes, un gordo con una camiseta blanca que paseaba entre los instrumentos. Un gordo al que nadie había invitado ni a la boda y ya mucho menos a la sesión de grabación. Un gordo con cara de vivir en su mundo de gordos, con cara de lunático. Un tío gordo, calvo y extraño que se pasó sentado en la mesa de sonido de Abbey Road un par de horas.
Era el 5 de junio de 1975 y Dave Gilmour celebraba su boda, Pink Floyd estaba mezclando en los míticos estudios Abbey Road "Shine on You Crazy Diamond" tema principal del archiconocido "Wish You Were Here" y aquel gordo apareció por allí guitarra en mano. Quizás alguno pensase que se trataba de un técnico de EMI, otros que sería algún invitado que se había escapado del convite y había llegado al estudio. Minutos más tarde los comentarios sobre la identidad del extraño hombre se sucedían entre los miembros de la banda hasta que quien había sido su sustituto: Dave Gilmour reconocía al que había sido el fundador de la banda en la que ahora tocaba: Pink Floyd.
Syd Barrett fue la mente que ideó Pink Floyd, creó una banda, su sonido, su imagen, sus primeros discos, sus primeros éxitos... Syd Barrett era una estrella apunto de estallar, un genio sumido en su locura, Barrett era el yin y el yan de Pink Floyd, un genio sumido en su locura, un creador que diseñó un concepto musical novedoso y que vivió una trayectoria opuesta al mismo: mientras más brillaba su creación más se apagaba el creador. Dicen que el desorden mental (al que debemos añadirle el gusto por el LSD) terminó con la vida de Syd Barrett pero ¿hubiese existido Pink Floyd sin ese desorden, sin ese gusto por los ácidos?
Syd Barrett "abandonó" Pink Floyd oficialmente el 6 de abril de 1968. "Abandonó" entrecomillado por el grupo decidió que Barrett ya había cumplido su función, que su carácter ya no encajaba en un grupo de éxito como Pink Floyd en la que la guitarra de su líder decidía campar por libre y fuera de ritmo siempre y cuando este apareciese... Syd, al igual que sus canciones, se encontraba en fluyendo por mundos alternativos, experimentales y sobre todo muy alejados de la realidad que la banda quería vivir.
Fue a principio de 1968 cuando la banda decidió buscar sustituto a su líder. El elegido fue Dave Gilmour, amigo desde la infancia de Barrett y con pasmosa facilidad para tocar sus "riffs". La idea era que Gilmour tocase la guitarra y cantase mientas Barrett pululaba por el escenario o incluso recluir al propio Barrett en su casa (para escribir canciones, no penséis que se trataba de una buena obra) mientras Gilmour salía de gira y grababa discos con el grupo. Cuentan las crónicas que a Barrett su salida de Pink Floyd le resultó indiferente quizás por que estaba más ocupado jugando con el ácido lisérgico que prestando atención a lo que le decían los charlatanes que pasaban a su lado pero es que Syd simplemente no estaba allí, él jugaba en su mundo.
Aquel 5 de junio de 1975 Syd preguntó a sus compañeros cuando podría grabar sus guitarras, ellos respondieron incrédulos que ya lo había hecho. Syd se perdió en el bar de los estudios de Abbey Road donde se celebraba la fiesta de la boda, se fue sin despedir y sus compañeros nunca más volvieron a saber de él.
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