Cine
Los Juegos del Hambre: En llamas (The Hunger Games: Catching Fire)
17:05:00
Hace una semana os comentaba que Los Juegos del Hambre en su primera entrega había supuesto toda una sorpresa para mí: sin ser una cinta que pasase a la historia del cine, sí es cierto que me había resultado interesante. Con ilusión me decidí a ir al cine a ver la segunda entrega y ¡oh, sorpresa! Los Juegos del Hambre ha cambiado por completo o casi por completo. En Llamas comienza alejándose el máximo posible de la acción, intentando olvidar al Gran-Hermano-de-niños-asesinos y centrándonos en el uso que hace el poder de los personajes televisivos. En Llamas cambia los juegos por política de pasillos, hace que los personajes evolucionen y crezcan, repartiendo el peso que en la anterior entrega tenía Katniss entre todos los personajes del coro. Sin duda y desde el primer momento encontraremos un personaje que sobresale entre todos: el siempre cumplidor Philip Seymour Hoffman quien da vida al Vigilante Plutarch Heavensbee.
Pero En Llamas cambia ya visualmente y es que la llegada a la dirección de Francis Lawrence. Los colores de la cinta son mucho más apagados pero esto no solo habla del cambio en la dirección si no que además dota a la cinta de un ambiente mucho más cargado a la espera de la chispa que inicie la revolución, por que sí, no podemos ponernos una venda en los ojos, desde el primer instante, desde la pasada entrega, como espectadores sabemos que la llegada de la revolución es inminente. Sí, sin duda En Llamas crece con respecto a su predecesora.
Y aunque los juegos ya no sean el eje principal es cierto que tienen su valor en la cinta. En ellos encontramos pruebas y "enemigos" de lo más variopintos: desde asesinos endogamicos profesionales (la pareja de hermanos del Distrito 1) hasta una niebla asesina que ya le gustaría al humo de Lost... y es que sin duda esta es la parte más palomitera de la cinta, que no olvidemos que es un blockbuester a mucho que nos pese. Pero esta vez los juegos, además de para entretener, sirven para algo más: para ver como el poder controla al pueblo diciendo qué, cuándo y cómo debe ver y digerir las cosas.
Pero hablemos de ese espécimen: la carpetera. Esa carpetera que ha ido con su clan al cine para ver si Katniss se decide entre Peeta (un ser sin vida ni encanto) o Gale (más cerca de un lobo crepuscular que de un minero de la cuenca de Mieres), esa carpetera sufrirá porque el guión abandona, mejor dicho arrincona, este triángulo amoroso para centrarse en como un pueblo puede alzarse contra sus tiranicos gobernantes en este caso Snow...
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