Fast'N Loud, 1ª temporada

Hace tiempo tropecé con un programa titulado Chop Shop (podéis encontrar las críticas a sus diversas temporadas en la sección de series ) do...

Hace tiempo tropecé con un programa titulado Chop Shop (podéis encontrar las críticas a sus diversas temporadas en la sección de series) donde un indio hacía coches a medida para sus clientes ingleses; Leepu era un diseñador excéntrico que creaba verdaderas extravagancias sobre ruedas, creaciones tan grotescas que tanto la serie como el taller londinense tuvieron una corta vida: dos temporadas.

Quizás inspirada en este programa o en cualquiera de los millones de programas sobre reparación o tunning de vehículos encontramos este Fast'N Loud, donde de nuevo encontramos a otro excéntrico diseñador o mejor dicho jefe de mecánicos que responde al nombre de Aaron Kaufman, un hombre a una barba pegado ¿sucederá a Leepu en el trono de las excentricidades sobre ruedas? Pues la respuesta es fácil: no, Kaufman y su equipo se acercan más a la restauración de vehículos que a la creación de los mismo. Pero no adelantemos acontecimientos.

Fast'N Loud nos muestra la vida de un taller en Texas, Gas Monkey Garage, un taller especializado en la restauración de vehículos clásicos americanos, vehículos donde los motores son enormes y el consumo de gasolina inadmisible para un europeo. Un taller gestionado por Richard Rawling quien acompañado por su jefe de mecánicos, el ya mencionado Aaron Kaufman, se dedican a comprar coches dañados o destartalados para arreglar y posteriormente venderlos (e intentar ganar dinero en esta venta). Así pues ya comenzamos a atisbar diferencias con aquel malogrado taller londinense: aquí no creamos (aunque sí damos un toque propio) si no que restauramos y reparamos. 

La verdad es que siguiendo una estructura muy parecida a Chop Shop (encontramos el coche, comenzamos con el proyecto, problemas que surgen, resolución y venta) Fast'N Loud se digiere mucho mejor, posiblemente sea por el ritmo del programa o porque además de los conflictos siempre encuentran un momento para las risas, risas sin guionizar por parte de los mecánicos o de la pareja protagonista, risas que consiguen acercarte mucho más a los personajes del taller aunque no tengas mucho interés por la mecánica.

¿Es entretenido? Sí ¿Es el mejor reality del mundo? Pues sinceramente no y es que al final todo se resume en lo mismo: compra por X y vende por X+Y en el medio del proceso el valor añadido, un valor bastante tangible en este Fast'N Loud a diferencia del difunto Chop Shop donde dicho valor era el gusto de un indio loco; aquí los materiales son de primera y se cuidan los detalles, los acabados... aquí no se juega a ser el nuevo Pininfarina, si no que se trabaja sobre lo que hay para lograr un rendimiento: para Aaron estético y para Richard económico y es que en el fondo parece que el dinero mueve el mundo.

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