El segundo visitante del chester del pasado domingo fue el juez Elpidio José Silva, un juez que pasará a la historia de la justicia en España por haber encarcelado a un banquero: Blesa. Y sobre esta decisión trata la conversación que el publicista y el jurista tienen.

Culpa de ello la tiene el juez y quizás futuro político por que se sienta ante las cámaras para justificar o mejor dicho explicar sus actos y decisiones, lo que podría equipararse a un acercamiento al votant... perdón, al pueblo pero no se puede reprender a Silva por trabajar para lo que quiere; en cambio sí podemos reprender a Risto por no hacerlo, por no colocar al juez entre la espada y la pared. Y es que creo que la actualidad política-judicial puede dar mucho de si, mucho más de lo que Silva ofreció y muchisimo más de lo que Mejide apretó. Me gustaría pensar que el publicista no pudo hablar del referendum soberanista, que no le dejaron preguntar sobre la infanta real, que no pudo comentar sobre el nuevo proyecto de ley del aborto (ojo que Silva dice que esa nueva ley no verá la luz)... ¿estaba Risto amordazado?

El tema no fue otro que el caso Blesa, o Caja Madrid, o como quiera usted llamarlo. Un entramado de préstamos, compras y según Silva hasta tráfico de armas que no le dejan investigar, mejor dicho, un caso por el que ha sido suspendido de su trabajo y lo han convertido en un mártir o como Risto dice en un "juez estrella", cosa que el magistrado rechaza aunque admite estar preparado para ello.

Posiblemente lo único salvable de esta conversación ha sido la reafirmación que este país gracias a su deplorable casta política se ha convertido en una república bananera, en una cueva de ladrones, en un país donde los ladrones visten de corbata y dictan el futuro del resto. Donde los jueces que tocan a las puertas que no deben son apartados y donde se legisla a la carta. Una vergüenza señores.