Posiblemente para la inmensa mayoría de la población el nombre de Luis Rojas Marcos diga poco pero este andaluz afincado en Nueva York es uno de los que ahora se etiquetan como "cerebros fugado" pero en realidad su salto al otro lado del charco poco o nada tuvo que ver con ello.

Rojas Marcos es una eminencia en su campo, o mejor dicho, en varios campos: el primero en su propio campo ya que es reconocido como uno de los más prestigiosos psiquiatras a nivel mundial. El otro en su labor de gestión ya que Luis Rojas Marcos gestionaba los 11 hospitales "públicos" de Nueva York durante años y durante esos año vivió el mayor golpe terrorista que ha vivido Estados Unidos: el 11S. Y aquí quería llegar, en ese preciso instante, alguien, en casa puso la televisión mientras preparábamos una cena de amigos, minutos más tarde los siete presentes mirábamos con atención la pantalla olvidando los fogones o el horno.Y es que Rojas Marcos es consigue atraer la atención con un discurso pausado, sencillo y directo, un discurso que atrapa al receptor y lo envuelve con cercanía regalandole una cama de confianza. Sí, Rojas Marcos consigue que el mundo que nos rodea desaparezca y entres en el suyo.

Un vez dentro el psiquiatra es capaz de desgranar un suceso como el 11S en primera persona, haciendo hincapié en la necesidad de un psicólogo en momentos traumáticos de nuestra vida y alejando el término locura de la medicina y del día a día. Pero Luis Rojas Marcos no se queda solo ahí, si no que viaja por su vida y cuenta como Nueva York fue para él su tabla de flote al alejarse así del mal ambiente que reinaba (bajo su punto de vista) en su casa familiar, y es que el doctor rechaza el uso de la violencia como medida aleccionadora. Pero Luis Rojas no se queda en su pasado, habla de su presente, de su pasión por las carreras de larga distancia que tan de moda están últimamente y aunque admite que este suceso se debe en gran medida al síndrome de "Peter Pan" reconoce que él corre para eliminar stress ¿quizás una mentira piadosa para justificar una pequeña mácula?

Hablar como terapia, Rojas Marcos apoya esa teoría ya que al verbalizar nuestras inquietudes o temores podemos dilucidarlos en ese mismo momento. Para Luis rojas Marcos hablar alarga la vida por ello debemos hablar, contar y conversar para tener una vida más larga y más amena, una vida libre de preocupaciones y una vida que no tiene recetas para la felicidad pero su pequeñas maneras de lograrla y que aunque no sea de manera completa pueda ayudarnos a avanzar y seguir en nuestro camino marcado.

Rojas Marcos vive en Nueva York, a España solo regresa a recoger premios diciendo que es feliz y optimista aunque le miren mal pero eso, a él, le da igual porque para ser feliz, lo primero antes de nada es intentarlo. Así que ya sabéis, intentad ser un poquito más felices.