Si hay dos cosas por las que la ciudad de Vigo es conocida allende Piedrafita do Cebreiro: una es el Celta de Vigo y la otra La Iguana. Y es que La Iguana es uno de esos locales emblemáticos que se conservan inalterables con el paso de los años, uno de esos locales que destilan música y alcohol a partes iguales y que albergan entre sus paredes cientos de conciertos y miles de anécdotas que servirían para escribir un libro (o dos, vaya usted a saber).

Debo reconocer que en los últimos años, posiblemente debido a mi exilio voluntario, mis visitas a La Iguana (@LaIguanaClub) se han resumido en cervezas pero no en conciertos, una tendencia que claramente debía cambiar, para ello la pasada noche de sábado me acerqué a presenciar el concierto de la Maravillosa Orquesta del Alcohol.

Para quienes no conozcáis la Maravillosa Orquesta del Alcohol (@estoesLaMODA) es un sexteto burgales que tras varios EP's en inglés han decidido cambiar al castellano para editar su primer LP “¿Quién nos va a salvar?” en castellano; un disco que ha logrado cosechar grandes críticas en la prensa especializada y ha gozado de gran aceptación entre el público, una buena muestra de esto era la buena entrada que presentaba La Iguana el día del concierto. Pero ¿a qué suena la Maravillosa Orquesta del Alcohol (M.O.D.A. de ahora en adelante)? Muchos han defino a la M.O.D.A. como los Mumford & Sons españoles, ellos se alejan de esta comparación diciendo que están más próximo de Eskorbuto que de los londinenses pero es indudable que la M.O.D.A. parte desde unas claras raíces folk americanas a las que se le suma un sección de metal y muy mala leche tal y como se ha podido comprobar en los más del centenar de escenarios que han pisado en el último año.

Pero dejemos la biografías a un lado y vayamos al concierto. La noche comenzaba con la presencia de Graham Summer (@grahamsummer) sobre el escenario olívico con la intención de calentar motores antes del plato fuerte; así que protegidos tan solo por una guitarra acústica y una mandolina los coruñeses tomaron el escenario para mostrar su country clásico al más puro estilo Oklahoma. Y aunque presté atención a su propuesta... no me llegó a atrapar, quizás fuese el ambiente, el horario (sin duda la intensidad y potencia de Graham Summer no se adecuaban a la media noche) o las ganas de un concierto mucho más contundente... no lo sé peor Graham Summer me resultaron indiferentes.

Pero tras Graham Summer llegó el anhelado momento, el momento en el que los burgaleses tomaban el escenario de La Iguana para presentar su disco debut pero no comenzaron por él sino que visitaron su EP “The Shape of Folk to Come” antes de atacar su primer tema de “¿Quién nos va a salvar?” que no fue otro que “Hijos de Johnny Cash” quedando patente que la M.O.D.A. quería agradar desde el primer momento consiguiendo así, desde los primeros momento del concierto una comunión total con el público que se dedicó a acompañar a la banda en cada uno de sus temas de principio a fin.

La noche del sábado disipó cualquier tipo de duda previa: la M.O.D.A. son un grupo de directo, un grupo que presenta un sonido compacto, contundente y preciso donde cada instrumento suena en el momento correcto. La M.O.D.A. son un grupo que logra hacerse con la complicidad del público a la primera de cambio contagiando su sonido alegre y energético, un sonido que invita a saltar, cantar y corear cada tema y cada estribillo como si tu vida dependiese de ello. La M.O.D.A. son siete tíos en camisetas de tirantes capaces del pasear entre Johnny Cash, Neil Young (de quién cayó una versión) y Piperrak pero con un sonido propio. Pero sobre todo la M.O.D.A. son siete tíos que se divierten haciendo lo que hacen y que consiguen con ellos proporcionar una grata experiencia a aquellos que se colocan frente a ellos y acompañar así a la Maravillosa Orquesta del Alcohol, a los Hijos de Johnny Cash como si fuesen Nómadas por un desierto de rock'n'roll, country e incluso bluegrass.