Lo reconozco los hermanos Coen me resultan bastante indiferentes, no soy uno de esos fans que esperan con ansia su nueva película, es más, alguna de ellas incluso ha llegado a decepcionarme. Lógicamente, como podréis imaginar, Fargo era una de esas series que no entraba en mis planes pero las grandes críticas que ha cosechado ha llevado a que me siente ante ella. Vale, es cierto que la aparición de Martin Freeman también ha ayudado a que me halla decidido a enfrentarme a Fargo.

Me gustaría hacer un inciso antes de comenzar con la reseña propiamente dicha: yo no he visto Fargo la película de 1996 de los hermanos Coen, una cinta con la que alcanzaron la fama y se erigieron como directores de culto para buena parte de la audiencia gafapastil del planeta. Al parecer Fargo (la serie) parte de las mismas premisas de Fargo (la película) pero poco o nada tienen que ver entre si aunque tienen en común que ambas son un fake y en ambas el trágico suceso ocurre en uno de esos lugares donde nunca ocurre nada. Por lo tanto para mí: trama y personajes eran totalmente nuevos y desconocidos, así que me presentaba ante ellos sin ningún tipo de prejuicio o referencia para la comparación.

Debo decir que el primer episodio de esta nueva serie me causó bastante indiferencia... así que el primer planchazo llegó pronto pero igualmente decidí seguir dándole oportunidades a Fargo ya que entiendo que toda la crítica especializada no podía estar equivocada y que era yo el culpable por no haber encontrado ese puntos que todos se esforzaban en ensalzar, quizás tan solo me hubiese faltado sumergirme en la historia y dejarme llevar... con una actitud renovada procedí a seguir con la serie.

Indudablemente los estándares de calidad de Fargo son realmente algos, sin duda FX ha hecho un buen trabajo. Un trabajo que va más allá de una serie para televisión ya que ciertas secuencias están más cerca del mundo del celuloide que de la televisión comercial que podemos tener en nuestro receptor; a veces da la sensación que Fargo se ha rodado para ser exhibida en la gran pantalla, en una sesión posterior a su film matriz.

Como he dicho desconozco la película homónima pero me ha dado la sensación que el ritmo de la serie sufre altibajos muy preocupantes... secuencias que se dilatan como buscando lo transcendental cuando todo al final es mucho más fácil y mundano. Como si pretendiesen que el espectador viese más allá de los paisajes helados o las cafeterías destartaladas. Sí, la fotografía de este Fargo es realmente efectiva llevándonos a sentir el frío de los parajes con ese blanco que quema de la nieve y esos ocres que aportan calor en las escenas de interior... pero ver una serie por su fotografía no es demasiado lógico ¿no?
Pero no todo en Fargo es frío y gris. El plano interpretativo es soberbio comenzando por Martin Freeman quien se aleja de los hobbits o de Sherlock para convertirse en un hombre gris al que le cambia la vida por azar convirtiéndose en ese momento en un ser torturado y atormentado... o no. Pero no solo de Freeman vive Fargo, también encontramos al despiadado Billy Bob Thornton quien da vida a un villano diferente, magnífico y como ya hemos dicho despiadado. Fargo es una serie de personajes, personajes que se cruzan por azar y que en una décima de segundo sus vidas cambiaran para siempre.

Ahora toca cerrar esta reseña, decir de nuevo que las actuaciones de Fargo son merecedoras de un premio, que la ambientación es genial, que... que Fargo no ha calado en mí, es más, creo que esta serie se ha glorificado por una película del 96, por el apellido de sus productores ejecutivos y por una crítica injusta que ve una obra de arte donde tan solo hay una serie. Sí, Fargo es una buena serie pero no la mejor serie de todos los tiempos como nos incitan a creer los grandes y sesudos medios ¿Funciona? Por supuesto ¿Emociona? En absoluto, Fargo es tan fría como los parajes en la que está ambientada.

pd.: tras el éxito de crítica Fargo ha sido renovada para una nueva y segunda temporada; temporada que la alejará definitivamente de su matriz cinematográfica.