Circuit des Yeux, los fantasmas llegan al SinSal de Outono

Dice el dicho que "todo lo bueno llega a su fin" y así, con el concierto de la norteamericana Haley Fohr (o lo que es lo mi...




Dice el dicho que "todo lo bueno llega a su fin" y así, con el concierto de la norteamericana Haley Fohr (o lo que es lo mismo Circuit de Yeux), concluía el ciclo de conciertos de otoño 2015 organizado por los chicos de SinSal Audio.

Como ya hemos dicho la encargada de clausurar el ciclo ha sido Circuit des Yeux, una formación comandada por Haley Fohr y que se presentaba en el escenario del MARCO (Museo de Arte Contemporanea de Vigo) con una formación de guitarra, flauta, violín ( y es que en la tarde-noche del viernes Fohr se acompañaba por Whitney Alleen y Aibhe Nic Oireachtaigh) y muchos, muchos pedales. Lo hacía puntual a las 20.30 horas tal y como estaba programado y tras colocarse el pelo Haley comenzaba a tañer su guitarra, comenzaba así una hora de música realmente difícil de clasificar y es que el estilo de Circuit de Yeux es un compendio de Patti Smith, Nico, Antony Hegarty y Yoko Ono, un cóctel que da lugar a un brebaje inclasificable que coloca al espectador en medio de un mundo de texturas cargadas de distorsiones, momentos de histeria y otros solemne meditación; un cóctel muchas veces difícil de entender y digerir.


Más allá de las distorsiones, murmullos o ruidos varios es sorprendente la voz natural de Haley Fohr, una mujer que se esconde bajo su flequillo pero que a la vez es capaz de cantar como un barítono en la Scala de Milán. Un voz cargada de barroquismo que se comporta como una línea melódica más dentro de la propuesta de Circuit de Yeux, una voz capaz de recordar a Antony Hegarty musitando 'Hope there's someone' y al segundo siguiente mudar al alarido más desolador y fantasmagórico de una película de M. Night Shyamalan, una voz capaz de acariciar (como demostró en el bis del concierto) e inquietar al espectador a partes iguales.


Indudablemente Circuit des Yeux es un rara avis en el panorama musical actual, un proyecto inclasificable que no deja indiferente a nadie y es que no podemos quedarnos quietos ante una propuesta tan experimental: solo nos queda abrazarla o rechazarla, no, aquí no existen los puntos medios. Nosotros, desde Hipsterian Circus, pertenecemos a este segundo grupo y consideramos que Circuit des Yeux ha sido un broche demasiado árido y crudo a un ciclo como el SinSal de Outono.

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