El Hijo de Rambow (Son of Rambow)

Acabo de terminar con El Hijo de Rambow , comienzo a escribir la crítica, estructuro mis ideas y de nuevo las vuelvo a echar por tierra, esc...

Acabo de terminar con El Hijo de Rambow, comienzo a escribir la crítica, estructuro mis ideas y de nuevo las vuelvo a echar por tierra, escribo, borro y vuelvo a escribir. No encuentro las palabras necesarias para plasmar mis ideas sobre esta cinta: ¿imprescindible? pues quizás sí sea prescindible, aunque a todos vosotros os diré que la busquéis porque merece muchísimo la pena verla. De lo que no hay duda es que El Hijo de Rambow es una cinta especial que logra que el espectador pase la mayor parte del metraje con una sonrisa esbozada en su boca sin la necesidad de hacer un solo chiste; una película que nos llegará muy dentro y que nos tocará esa fibrita que en ocasiones tenemos dormida o aletarda bajo nuestro stress laboral o nuestros agobios cotidianos.


La cinta comienza cuando un niño ve por primera vez la televisión. Lo primero que sus inocentes ojos ven es Acorralado de aquel Silvestre Stallone convertido en maquina de matar que se escondía bajo el nombre de John Rambo. Ahora, la mayoría de vosotros os encontrareis recordando la cinta roja que Rambo lucía en sus película, recodáis aquellos bíceps ultra cultivados que Stallone lucía... lo que para nosotros es parte de un nostálgico pasado en el que muchos de nosotros aun éramos niños para este inocente niño es la puerta a un mundo de ensoñaciones y de amor por el séptimo arte. Pero Will, nuestro protagonista, no está solo, le acompaña Lee, su yan. Si Will es el bueno, Lee es el rebelde, un rebelde al que muy pronto tomaremos cariño. Nace entonces una historia de amistad que tiene al cine como hilo conductor.

Los actores principales son sensacionales, en ocasiones no distingues si ves una película o realmente estás viendo a dos niños que juegan en la calle a superhéroes, a salvar el mundo, a ponerse en la piel de todos los hombres que nunca serán... Los niños llenan la pantalla, sin necesidad de artificios, lo hacen de manera honesta (en todo momento creemos sus palabras) y dibujan personajes perfectamente construidos.

La cinta no se dirige a los niños, aunque ellos sean los máximos protagonistas, se dirige a esos adultos que se han olvidado que un día fueron niños, que se han olvidado de soñar, de disfrutar y de seguir sus sueños.

Una cinta que merece ser vista, aunque quizás a algunos os resulte autocomplaciente (sobre todo en su tramo final), por su inocencia, por su honradez pero sobre todo por su amor al cine. Una cinta igual de recomendable que de entrañable. Una pequeña maravilla muy alejada de esos multicines que intentan atiborrarnos a palomitas.


Pd.: Además, su BSO es de lo más apetecible.

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