Un Verano en la Provenza (Le fils de l'épicier)

Probablemente tras leer esta crítica alguno de vosotros se anime a buscar más de Un Verano en la Provenza , veréis cientos de páginas donde ...

Probablemente tras leer esta crítica alguno de vosotros se anime a buscar más de Un Verano en la Provenza, veréis cientos de páginas donde encontrareis un sinopsis insulta que os “invitará” a no ver la cinta… comentareis un error ya que Un Verano en la Provenza es mucho más que un chico volviendo al pueblo de su niñez; Un Verano en la Provenza nos habla de sentimientos, de formas de vida (contrapuestas en su totalidad), del desarraigo familiar… de cosas mucho más importante de las que la sinopsis nos puede contar.

A través de Antoine viajamos aun (casi) abandonado pueblo del sur de Francia, la emigración de los jóvenes hacía las grandes urbes ha dejado vacía la comarca, habitada ahora por viejos que tienen sus propias costumbres. Antoine repudia esa forma de vida, la forma de vida de sus padres, una forma de vida de la que ha huido y a la que ahora tiene que regresar.

Pero no se trata de un viaje simplemente al pasado geográfico, dentro de Antoine reaparecen viejos sentimientos y en ese momento comienza un nuevo viaje, en este caso mucho más difícil y doloroso.


Sí, por momentos puede resultar una cinta previsible, en ocasiones demasiado tierna (pero no esa ternura palomitera) y es que Un Verano en la Provenza es una cinta optimista con sus puntos de crudeza. Un alegato a buscar lo que realmente nos hace felices. Paisajes hermosos, puestas de sol… y es que la vida es cruda o bella según la miremos.

Y que envidia dan los franceses con su cine.

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