Si os digo que este pasado fin de semana me he ido de festival la mayoría de vosotros pensareis que he sido uno de esos miles de personas que han peregrinado hacia Ortigueira, si me conocéis un poco más sabréis que ese no era mi destino (no por la música, si no más bien por la aglomeración). Este pasado fin de semana hemos decidido acercarnos (como ya hicimos el pasado año) a Caldas de Reís para disfrutar un año más del Cultura Quente.

Para los que nos os suene el Cultura Quente os pongo un poquito en situación: El Cultura Quente se trata de un festival de música emergente (denominado así por la organización) que llegaba con esta a su undécima edición. Un festival bastante peculiar donde abuelos con nietos se dan cita con heavies, góticos y demás tribus urbanas y es que la entrada gratuita hace mella.

Llagábamos el viernes a Caldas cargados de expectativas, no en vano tocaban Arizona Baby que nos habían sorprendido muy gratamente en Ourense y tenían buena parte de la culpa de que estuviésemos en la Carballeira desde primera hora y es que el CQ de este año se abría con los vallisoletanos.

¡Qué buenos son! Y que injusto que fuesen ellos los que abriesen el festival (pero alguien ha de hacerlo). Su puesta en escena sigue siendo sorprendente y es que para Arizona Baby es muy importante la actitud, el como ser y comportarse sobre el escenario, cada vez más Arizona Baby es sinónimo de fiesta y de rock. Sin duda haber ido a Caldas tan temprano había merecido la pena.

Tras Arizona Baby fue el momento de Igloo; Igloo jugaba en casa y traía consigo a una legión de ruidosos seguidores. El concierto de los vigueses fue de menos a más, comenzaron flojos pero terminaron bastante bien y dejando el ambiente calentito para Los Coronas, quienes tomarían su relevo en el escenario.

Para los que no los conozcáis Los Coronas son una banda bastante peculiar (sobre todo para festivales de este estilo) ya que son netamente instrumentales, compuestos por dos guitarras, bajo, batería y trompeta, dan la sensación de llevarnos a través de un western de Morricone; totalmente compenetrados, con los pasos calculados… Los Coronas son una gran banda. Personalmente creo que llegado el momento pueden resultar planos y es que nos estresamos de mirar hacia todos lados pensando que en cualquier momento puede aparecer el caballo del malo huyendo de la ley del desierto.

(continuará)