Tras los madrileños fue el momento del plato fuerte de la noche MC5’s Wayne Kramer & Guests. Pero hagamos aquí un pequeño inciso: MC5 fue una banda de rock formada en Detroit a mediados de los 60 pero debido a tensiones dentro de la banda su andadura en el mundo de la música duró poco ya que a principios de los 70 desaparecían como formación. Actualmente solo Wayne Kramer sigue en activo y a Calda llegó acompañado por Gilby Clarke (ex Guns & Roses), Doug Lunn (bajista de Sting o Springsteen) y Eric Gardner (batería que está trabajado con Tom Morello en el proyecto personal del guitarrista).

¿Cómo explicar el concierto? Quizás mi vocabulario se quede corto de expresiones o calificativos y pueda llegar a ser redundante pero la nube de polvo que se levantó en la Carballeira, fruto de los saltos y bailes de los allí presentes, es otra de las maneras de explicarlo. Hora y media de rock de verdad, a la vieja usanza y sin tregua. Realmente fue un gran concierto y un mejor acierto ir a Caldas el viernes (y eso que simplemente íbamos a ver a Arizona Baby).

Tras el rock setentero de MC5’s fue el turno de Kap Bambino y su electrónica propuesta. Veamos, en este momento busco en mi mochila el frasco del tacto para que nadie se sienta ofendido… el estilo (electropunk o como quieran clasificarlo) no me llega, los saltos de Martial y sus gemidos no me ponen… decidimos sentarnos apoyado en uno de esos carballos milenarios (¿un poco exagerado, no?) que hay en el recinto y esperar a que Kap Bambino dejase de taladrar nuestros oídos y los belgas Viva la Fête subiesen al escenario.

60 minutos después y a punto de cortarnos las venas llegó el momento de Viva la Fête, una banda de la que me habían habado mucho y que quizás por el cansancio, por el chasco de Kap Bambino o porque MC5 y Arizona Baby nos habían hecho bailar hasta la saciedad, no me terminó de gustar. Decidimos abandonar el recinto y recargar fuerzas para sábado… al escenario aun subiría Jeff Automatic pero no nos encontraría en el Carballeira. Que conste que debo reconocer que Viva la Fête tiene una gran puesta en escena: riguroso negro, ventiladores estratégicamente colocados, maquillajes perversos…

Por diversos problemas el sábado llegamos mediado el concierto de Atomic Garden. El pedazo de concierto que vimos fue una constante descarga de energía. Canciones rápidas y melodías pegadizas, una pena no haber podido disfrutar del concierto completo. Tras Atomic Garden le tocó el turno a Zahara, la verdad es que no entendí muy bien que hacía esa mujercita con su vocecita tras la fiesta punk de Atomin Garden.