Los aquí presentes conocéis mi opinión sobre el cine español, que por mucho que lo intenta poco ha evolucionado desde Paco Martínez Soria o Esteso y Pajares, ese cine que siempre encuentra un momento para que la protagonista enseñe las tetas o para poner a una pareja echando un polvo en la situación más dantesca (supongo que por complejos de no follar demasiado o no ver las suficientes tetas, de manera gratuita, vamos).

Por casualidad (y por curiosidad) decidí hacerme con Tu Vida en 65’, una cinta española de la poco conocida directora: María Ripoll. La verdad es que no sabía que vería y sí gracias a mis prejuicios, al ver a un joven inmediatamente pensé en un pequeño priapista buscando mujeres. Error, craso error.

Tu Vida en 65’ es… y sigo buscando el adjetivo. En algún sitio leí: “hermosa hasta el dolor” y sí, Tu Vida en 65’ es dolorosa, mucho pero es igual de hermosa. Poesía convertida a imagen. Se disfruta cada minuto de metraje, cada palabra, cada canción…

Y es que las canciones de esta película conforman una banda sonora imprescindible si os gusta la buena música, esa que golpe directamente en el estomago. Pequeñas perlas que sientan como un guante a las imágenes que la cámara de Ripoll nos muestra.

Un actor cumple su papel, con mayor o menor gracia, con mayor o menos soltura; en el caso de Tu Vida en 65’ los actores merecen un Goya (ya que de cine español hablamos) todos y cada uno de ellos, desde Javi Pedreira (protagonista y narrador de esta historia) hasta Oriol Vila pasando por Tamara Arias, que brilla con luz propia.

Quizás algunos digáis que se trata de una cinta empalagosa pero yo la considero indispensable si te gusta el cine, y muy necesaria si quieres confiar en el cine español: directores hispanos de teta-culo-pedo-pis, tomen nota de esta cinta, aprendan un poco y después si quieren sigan dirigiendo películas.