Hace no demasiado os hablaba de uno de mis arquitectos favoritos: Álvaro Siza, ya no solo por su obra, si no por todo el misterio que rodea a su figura, por su manera de ser, por… El pasado lunes, cuando me disponía a cenar en un restaurante me volví a cruzar con un antiguo “profesor” de proyectos y obras de interior, entrecomillo lo de “profesor” porque para mí un profesor es quien enseña y este señor tan solo imponía sus criterios subjetivos a diseños ajenos.

Recuerdo que a él, Álvaro Siza le parecía un mediocre arquitecto de carácter excéntrico (si la envidia fuese tiña… yo me sé de uno…). Uno de esos días en los que se dedicaba a despotricar sobre arquitectos que aparecerán en los libros de Historia (no como el tiñoso este) comenzó a disparar contra Siza… sinceramente, lo reconozco siendo consciente que mi padre leerá esto y no le hará demasiada gracia, yo lo miraba cínicamente y él se dio cuenta, en ese momento se dirigió a mí y comenzó una disputa dialéctica que termino con un maravilloso “aquí la razón la tengo yo, que para eso soy arquitecto”… una muestra más de su carácter y argumentación de ideas.

Mi sorpresa fue cuando un día, mi bienamado “profesor” habló bien de un arquitecto que no fuese el mismo o alguno de sus colegas. Jamás olvidaré el nombre de aquel arquitecto (y eso que era la primera vez que lo escuchaba): Eduardo Souto de Moura. ¿Quién es Souto de Moura? Souto de Moura es un arquitecto luso, que al igual que su compatriota Álvaro Siza se preocupa altamente por el conjunto: arquitectura + entorno. Aunque lo que realmente destaca de Souto de Moura es la selección y uso de los materiales. Madera, hormigón, vidrio, aluminio… materiales conjugados de tal manera que consigamos una gran riqueza de matices pero sobre todo una comunión con el entorno que rodea a la composición.

Y es que por mucho que aquel amargado “profesor” disparase contra Álvaro Siza, Souto de Moura no deja de ser su discípulo aventajado, incluso a colaborar ambos directamente bajo la bandera del estudio del maestro Siza durante 5 años. Y es que maestro y discípulo desarrollaron juntos el Pabellón de Portugal en la Exposición Universal de Hannover en el año 2000. Cuando la obra estaba casi finalizada, los responsables de seguridad del edificio les obligaron a poner unas salidas de emergencia, modificando seriamente el proyecto. Mientras que Souto de Moura mantenía que la idea inicial había muerto, Siza rediseñaba de inmediato el proyecto, consiguiendo que el resultado final obtuviera una fachada mucho más interesante que la inicial.

Y es que, aunque a veces lo olvidemos, Portugal es más que una tienda de toallas o el hogar de Cristiano Ronaldo, al que por cierto, Eduardo Souto de Moura diseño su casa en Benavente.