El Efecto Vetusta Morla

¿Cómo comenzar un post de un concierto en el que no queremos hablar de música? En teoría puede resultar fácil pero una vez sentado ante el p...

¿Cómo comenzar un post de un concierto en el que no queremos hablar de música? En teoría puede resultar fácil pero una vez sentado ante el papel, con el bolígrafo en la mano, no sé muy bien por qué pero las cosas se complican…

Hace un año, concretamente un año y casi dos meses, veía por primera vez a los madrileños Vetusta Morla; eran para mí, junto Iván Ferreiro, la máxima atracción del FAX. Recuerdo que tocaban en el escenario pequeño, que lo hacían tras Iván Ferreiro y lo hacían mientras más de la mitad de los asistentes tomaban camino hacía la zona de copas. Recuerdo que hacía frío, demasiado para ser casi julio, y también recuerdo que en la explanada del universitario estábamos un centenar de personas, quizás alguna más pero tampoco demasiadas.

Recuerdo que me gustó el concierto, quizás porque era la primera vez que los veía y tenía bastantes ganas… en ningún momento me decepcionaron; todo lo contrario, fue un directo contundente y arrollador del que me quedó buen sabor de boca.

Meses después veía de nuevo a los madrileños en el Cultura Quente. Concierto bastante parecido, sonido bastante peor pero en el ambiente ya se respiraba ese olor a gruppie… ¡Solo habían pasado un par de meses! Desde esos momentos Vetusta Morla, grupo apoyado por esos indies de sapiencia musical infinita, pasó a ser un asco; lo que recordaba a Radiohead se había convertido en un plagio, lo que sonaba fresco no era más que un refrito de ideas ajenas usurpadas… y es que Vetusta Morla comenzaba a ser conocido.

Reconozco que meses después borré su LP del iPod, no lo hice porque me dejarán de gustar, si no porque me casé de escuchar siempre esas 11 canciones. En este tiempo alejado de Vetusta Morla han levantado el Premio Ojo Crítico, 3 Premios de la Música, máximo triunfador de los Premio UFI (Unión Fonográfica Independiente)… y así hasta la extenuación.

Cuando los madrileños volvieron a tocar en Ourense (un año exacto después de su primera vez) colgaron el cartel de no-hay-billetes en el Auditorio de Ourense, creo recordar que el precio de las entradas era de 15 euros, un lugar con capacidad para 950 personas… ¿Qué ha pasado con Vetusta Morla? Su música no sale en anuncios, ¿Dónde está el truco entonces? ¿Cómo se pasa de 100 a 1000?

Cuando llegamos el sábado a Pontevedra hacía calor, decidimos ir a tomar unos pinchos, cruzamos por la Praza da Ferrería a eso de las 18.30 horas (quedaban 4 horas para el concierto) y allí estaban: medio centenar de personas, repartidas entre las sombras de los edificios, esperando el comienzo de su actuación. Increíble.

Llegada la hora del concierto el número público era de lo más heterogéneo posible: treceañeros, catorceañoras que juraban su amor por el líder de la banda, padres que acompañaban a sus hijo, quinceañeros que repetían las letras de los madrileños como si se tratasen de plegarias a un ser superior… un público realmente entregado (y correspondido hasta el punto que Pucho, líder de la manada, terminó silbando una muiñeira) y es que alguno de los allí presentes conocía mejor las letras del primer disco de los madrileños que la tabla de multiplicar que hace años aprendió.

Un concierto de casi dos horas en los que los incondicionales no pararon de botar un solo instante. ¿Qué me pareció? El sonido terrible, el ambiente me recordaba a cuando mis compañeras de clase compraban la SuperPop para ver aquellos grupos de chicos guapos que cantaban baladas y con los que empapelaban sus cuartos. ¿Vetusta Morla? Sigue siendo un directo bastante parecido al que había visto un año atrás aunque con un par o tres de nuevas/viejas canciones. Nuevas, porque algunas aparecerán en su próximo LP y viejas porque los madrileños también nos sorprendieron con canciones de esas que has escuchado por internet pero que no aparecen en ningún disco previo y puede que en ningún de los futuros.

Por cierto y aunque Vestuta Morla ya no sea cool en ciertos círculos a mí me siguen gustando, Copenhague sigue siendo esa gran canción que tanto me ha gustado y ahí alguna nueva que merece mucho la pena.

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