La pregunta más importante es ¿Qué esperas ver cuando te sientas ante Ángeles y Demonios? Algunos buscarán un nuevo Código Da Vinci, otros lo verán como una simple carga contra la iglesia católica (tampoco es para tanto, simplemente refleja los problemas internos de una empresa), otros querrán ver una lección de historia (estos probablemente no queden muy satisfechos con la cinta)… yo simplemente buscaba pasar un rato agradable y… en mayor medida lo conseguí.


Está claro que Ángeles y Demonios no tiene un guión increíble, tenemos claro que sus actuaciones no pasaran a la posteridad del cine, sus efectos especiales son discretos en esta época tan digital… pero lo que es innegable es que Ángeles y Demonios es un buen thriller, una cinta donde los buenos quizás no lo sean tanto, donde los malos menos malos de lo que cabría imaginar, donde… ¡que sarta de patrañas! Lo que pasa es que sentarse ante Ángeles y Demonios es como volver a Roma, sus calles, sus edificios… El Castillo de Sant’Angelo, el Pantheón… dijo Napoleón que París bien valía una misa, para mí “regresar” a Roma aunque sea de mentira, bien vale esta película.


Por cierto, personalmente me ha parecido mucho más entretenida que El Código Da Vinci, la cinta está mucho más estructurada que la anterior y es mucho más lógica.