En la madrugada del jueves fallecía el fotógrafo americano Irving Penn a los 92 años.

Penn es reconocible principalmente por sus retratos, elegantes y sencillos, y sus fotografías de moda, no en vano saltó a la fama diseñando las portadas de la edición americana de la revista Vogue, para quien terminó diseñando unas 150 portadas. Penn disparaba en blanco y negro sobre un fondo blanco o gris… fotografías sencillas marcadas por el uso de la luz y de las sombras, Penn buscaba la perfección en sus sesiones intentado borrar la línea que divide a la fotografía de moda con la fotografía artística.

Delante de la cámara de Penn se colocaron infinidad de caras famosas comenzando por las modelos más importantes de la moda hasta pintores (Picasso, Dalí…) pasando por directores de cine (como Woody Allen o Alfred Hitchcock) o músicos (como Janis Joplin). Todos ellos pasaron ante la cámara de un fotógrafo que ganó un espacio propio en la escena cultural de Nueva York desde la postguerra hasta la actualidad. En 1992 (creo, no he podido confirmar este dato) el MOMA hizo una retrospectiva de su obra.

Cuando el mundo de la moda comenzó a entrar en declive Penn tomó la decisión de apartarse de él para recorrer el mundo con su cámara retratando los más diversos paisajes: Asia, América del Sur, África… Nómadas del desierto marroquí, nativos de Guinea Papua, indígenas peruanos… pasaron a ser sus modelos.