Si algo caracteriza a Damien Jurado (además de su potencia vocal) es que sus canciones son melancólicas y habitualmente terminan mal, temas cargados de dolor al más puro estilo Nick Drake.

El pasado viernes tuvimos la suerte de verlo en Ourense, solo ante el peligro con su guitarra y sentado en el taburete que a tantos cafés ha servido como asiento se presentó Damien Jurado. Comenzó sin saludar, rasgando las cuerdas de su guitarra mientras poco a poco los allí presentes colocaban sus ojos sobre el tatuaje que Jurado lleva en el brazo izquierdo.

Damien Jurado dispara temas de esos que te hacen daño cuando los escuchas con calma, temas que hablan de mentiras y de desamor, de lo que pudo haber sido pero ya nunca será. Y joder, comenzó Sheets… ¿Cómo describir ese momento? ¿Cómo explicar cuando un rayo atraviese tus brazos desde los codos hasta las muñeca erizando tus pelos? La verdad es imposible o por lo menos es imposible para mí. No sé que tiene esa canción que tan especial la hace (y no, no es porque se mencione a dios, no seáis cafres y busquéis el chiste fácil).

Go First, Denton TX, Ghost of David, Everything Trying… y así un sinfín de ellos durante hora y media de desgarro y melancolía; un silencio que solamente se rompía para que Jurado bebiese su “coke” y hablase sobre sus recientes visitas a España o sobre la cantidad de temas que tiene… un concierto especial, muy especial.

Sí, sé que antes de Damien Jurado subió al escenario Brian Hunt, conocido por pertenecer a Templeton o Half Foot Outside y también por ser el ex novio de Lourdes Hernández o lo que viene a ser lo mismo Russian Red. Un concierto que comenzó frío y que poco a poco a subiendo en intensidad pero que nunca me llegó a tocar… quizás la actitud, quizás los cretinos que teníamos detrás que no se callaron un instante, quizás los prejuicios por ser “el ex de…”, “el guitarra de…” o por lo fuese; un concierto de media hora que seguro que no recordaré en un par de meses.