Cultura
De paseo por...
A la conquista de Flandes (Capítulo 5: Placebo)
17:16:00
Capítulo 5: Placebo
Con puntualidad británica comenzó el concierto pero no con Placebo si no con Silversun Pickups… Lo de los estadounidenses es actitud sin duda, conscientes desde el primer segundo que no eran más que teloneros y que la gente iba a ver a Placebo, jugaron con ello y se rieron del caso. Es sorprendente Brian Aubert, frontman del grupo, quien conectó desde el primer segundo con el público y terminó siendo ovacionado.
Pero Silversun Pickups son mucho más que actitud, suenan realmente bien, es probable que nunca lleguen a España porque no son lo suficientemente comerciales para que una potente discográfica apueste por ellos; o para que monseñor MySpace o YouTube los convierta en los nuevo monos del Ártico… personalmente me han recordado mucho a Smashing Pumpkins o a Queens of the Stone Age… 50 minutos de diversión y buena música.
Con puntualidad británica comenzó el concierto pero no con Placebo si no con Silversun Pickups… Lo de los estadounidenses es actitud sin duda, conscientes desde el primer segundo que no eran más que teloneros y que la gente iba a ver a Placebo, jugaron con ello y se rieron del caso. Es sorprendente Brian Aubert, frontman del grupo, quien conectó desde el primer segundo con el público y terminó siendo ovacionado.
Pero Silversun Pickups son mucho más que actitud, suenan realmente bien, es probable que nunca lleguen a España porque no son lo suficientemente comerciales para que una potente discográfica apueste por ellos; o para que monseñor MySpace o YouTube los convierta en los nuevo monos del Ártico… personalmente me han recordado mucho a Smashing Pumpkins o a Queens of the Stone Age… 50 minutos de diversión y buena música.
Con el público rendido desde el primer segundo Placebo de comía un Sportspalais lleno hasta la bandera; repasaron su último disco Battle for the Sun, pero sin olvidarse de grandes éxitos como Meds o Every You, Every Me… para terminar con Song to Say Goodbye… una locura de concierto en el que al final me dolían las piernas de saltar una y otra vez. Espero nunca olvidar la locura de For What It’s Worth y es que ya sabéis: For What It’s Worth, Got no Lover, For What It’s Worth….

Salimos del concierto 30 minutos antes de la hora de cierre del metro, nos acercamos al desangelado centro de la ciudad e intentamos encontrar algún lugar donde nos diesen de cenar pasada la medianoche. Encontramos, no sin esfuerzo y muchas indicaciones una pizzería que suponemos que sería el único local del Bélgica abierto a esas horas (para el horario europeo, evidentemente). Cenamos regando nuestros manjares con vino de la casa… los belgas en cervezas son unos expertos pero en vinos dejan bastante que desear, por lo menos en esta ocasión así fue.
Tras la cena fue el momento de reencontrarse con la cerveza de cereza, la de trigo e incluso la de cebada… las horas pasaban y nos llevaban a coincidir con los hombros y mujeres que se dirigían a sus trabajos a lunes por la mañana, decidimos entonces regresar a nuestra morada y de nuevo dormir, no demasiado, pero sí lo suficiente.
7 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?