Pues parece que hay tormenta, y no lo digo por la climatológica aunque hoy el mar esté picado, lo digo por lo sucedido en la final de la Copa del Rey en Bilbao; ya no solo porque el Barcelona le sacase los colores (y no concretamente el blanco) a los chicos altos del todopoderoso Florentino Pérez, me refiero a los actos sucedidos antes del comienzo del encuentro: la pitada al Rey y al himno.

Por primera vez desde 2001 el Rey asistía a la final de “su” copa (es la segunda vez que el monarca asiste a una final de baloncesto), que se celebraba en Bilbao entre el F.C. Barcelona y el Real Madrid. Y en el momento en que hacía aparición en el palco del Bizkaia Arena con su mujer comenzaron los gritos de “¡Fuera, fuera!”, gritos y silbidos que acompañaron a la interpretación del himno de España.

Patxi López, lehendakari, compartió palco con los reyes y afirmó que no le gustan las faltas de respeto que se habían vivido en el encuentro. Patxi López es un hombre que siempre me ha caído bastante bien, pero creo que esta vez se equivoca, gritar “¡fuera, fuera!” no es ninguna falta de respeto (otra cosa diferente sería si se hubiesen acordado de la madre o el padre del rey, por ejemplo), gritar “¡fuera, fuera!” entra dentro de la libertad de expresión del individuo y porque no decirlo, entra dentro del salario del rey tener que aguantarlo.

Pero Patxi López no ha sido el único que ha hablado del suceso: María Dolores de Cospedal (secretaria general del PP) también se posiciona contra la pitada, lo mismo que Leire Pajín quien ve el suceso como una anécdota. Incluso Esperanza Aguirre calificó la situación como “impresentable”, como se puede ver, Aguirre ve un charco y a él se tira…

Pero el suceso ha trascendido el mundo de la política, ayer, la culta y erudita Belén Esteban criticaba en suceso en una cadena nacional condenaba a gritos el suceso. Decirles a la erudita y a la señora Aguirre que este hecho está dentro de la normalidad democrática que ellas creen defender y es que parece que se produce un linchamiento sistemático contra todo aquello que no gusta en Madrid.

Está claro que la casa real era consciente de lo que se avecinaba, mucho más después de lo ocurrido en la final de la Copa del Rey de Fútbol, que casualmente enfrentaba al Barcelona con el Athletic (aficiones, catalana y vasca, mayoritarias en el Bizkaia Arena el pasado domingo). Y es que nos guste o no vivimos en un país donde existe libertad de expresión y mucho se expresan contra un régimen (la monarquía) y un país en el que no se sienten representados.