Venus es el nombre de la cinta, pero Peter O’Toole es el nombre del alma de Venus, es impresionante el gran trabajo que hace el veterano actor, dotando a su personaje (que en ciertos aspectos podría ser una caricatura de si mismo) de una dimensión increíble, con miles de matices y una fuerza inigualable, papel que por cierto le sirvió para la nominación al Oscar en 2007. Increible la lección de interpretación de O’Toole.

Un guión sin fisuras en el que sobre sale el juego de seducción entre el anciano y la joven, un joven donde no siempre se gana o no siempre se pierde, un tira y afloja constante del que nunca nadie sale victorioso. Acidez y sarcasmo aderezado con toques dramáticos que consiguen que esta cinta merezca mucho la pena.

Una de esas cintas que denominan “de tono intimista” y que tan geniales son, quizás con un final agridulce donde Peter O’Toole encuentra un traje a su medida en el que brilla con luz propia.

Por cierto, me gustaría destacar un par de escenas:

La primera cuando Ian y Maurice visitan una iglesia londinense donde leen las lápidas de actores celebres ingleses… una manera de dirigirse al final de sus vidas sin miedo. Un homenaje a todos aquellos que siguen viviendo en los rollos de las viejas cintas.

Y la segunda la del paseo de Jeesy y Maurice por la playa… porque a veces, para ser realmente felices es mejor hacer lo que uno desea y no lo que uno debe hacer.