Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera (Bom yeoreum gaeul gyeoul geurigo bom)
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Y en cada lugar la misma historia puede ser contada de una manera totalmente diferente, cada persona tiene su estilo, algunas abogaran por hacer concienzudas descripciones, otra en cambio buscarán los puntos esenciales de la historia y los explotan, algunas comenzaran por el principio, otras por el final pero la historia siempre es la misma. Lo mismo ocurre en el cine, la mayoría de las cintas buscan que el espectador acuda a la sala (y así conseguir beneficios de la historia), un porcentaje más pequeño busca contar la historia (sea de la manera que sea) y a través de su fábula que el espectador la conozca pero hay un tipo de cine que busca la hermosura, la hermosura visual y la hermosura de la historia, este es el caso de Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera.
Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera busca llenar nuestras retinas cada segundo del metraje con una naturaleza grandiosa, con unos paisajes idílicos… igual de colosales como de fríos y es que Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera simplemente consigue eso: llenar nuestras retinas con paisajes, que quizás no sea poco, pero seguro que no es lo suficiente.
Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera nos narra diversas etapas de un monje budista y su discípulo, al que alecciona estación tras estación, etapa tras etapa. La búsqueda de la felicidad está siempre presente y siempre encuentra el mismo final. Y es que la historia que nos cuenta el coreano Kim Ki-Duk es previsible y esquemática, simples juegos o pasajes nos deben hacer ver el error (o la virtud) y cual podría haber sido el camino acertado.
Los actores son fríos, lejanos al espectador que en ningún momento puede sentirlos… son demasiado, como decirlo, son más estatuas que muestran sufrimiento que actores que muestran sentimientos.
Religión, budismo, cine oriental, un tempo lento, una fotografía grandiosa… eso y algo más es Primavera, Verano, Otoño, Invierno… y Primavera, una cinta muy difícil de la que tristemente guardaré grandes paisajes y una minúscula (no en el sentido minimalista) historia.
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