Pasa el metraje y llega el final, sin duda es uno de los momentos más importantes de la cinta, pueden hundir a una buena cinta o en muy rara ocasión pueden levantar una película corriente hasta convertirla en una buena cinta. En el caso de 7 Minutos la búsqueda obsesiva de un happy end (o un final made in Hollywood) no hace otra cosa que rubricar el fracaso de la cinta.

Sucede que las vivencias de nuestros protagonistas (7 Minutos pretende ser una película coral) no son creíbles en absoluto, quizás porque están demasiado sobreactuadas o simplemente porque no podemos asumir tantos clichés por segundo… 7 Minutos pretende ser una comedia sin gracia y es que el guión (co-escrito por la actual ministra Sinde) se tambalea cada minuto por su falta de cohesión.

Como he dicho antes las actuaciones no resultan creíbles en ningún momento, los actores están llenos de tópicos y clichés, son personajes planos (muy planos, realmente planos). Es que por mucho que busco no encuentro nada salvable de la película (venga, no vale decir Marta Etura por guapa, porque si fuera por el papel…).

Sin duda es una pena que esta cinta no dure los 7 minutos que propone en su título.