El (nuevo) Mercado de San Miguel

En mis últimos paseos por Madrid (ya van para un mes) un edificio llamó mi atención; como escondido entre las calles y a medio camino entre ...

En mis últimos paseos por Madrid (ya van para un mes) un edificio llamó mi atención; como escondido entre las calles y a medio camino entre el Palacio Real y la Plaza Mayor (lo de medio camino es un decir, ya que queda mucho más cerca de esta segunda) nos encontramos en Mercado de San Miguel.

Lo recordé hace una semana, cuando en un suplemente de El País aparecía una foto del mismo; además hace unos días me contaban la noticia de que el Mercado del Berbés por donde paso todas las mañanas será reformado tomando por ejemplo el de San Miguel. Después de tantas coincidencias creo que el Mercado de San Miguel bien se merece un post, así que allá vamos.

El Mercado de San Miguel es un edificio pequeño, de planta baja, que fue inaugurado por primera vez en 1916 que sirvió para albergar un pequeño mercado que se realizaba al aire libre en la Plaza de San Miguel. Por lo leído en algunos artículos sobre dicho mercado en internet se trataba del lugar donde la gente más humilde del centro de Madrid realizaba su compra diaria; como supondréis, con el cambio de aspecto y estilo ha ocurrido un cambio de precios, cosa lógica aunque haya levantado gran cantidad de críticas pero está claro que no es lo mismo ir a ver un partido de alevines que uno de la NBA, el juego, el espectáculo y los precios son diferentes.

En la actualidad se conserva su espectacular estructura de hierro, que por deformación profesional terminé mirando con cara de pasmado, y está acotado por unas inmensas cristaleras que consiguen en efecto de abrir el mercado a la calle o meter la calle en el propio mercado como prefiráis. En esta reforma, rehabilitación o lavado de cara (llamadlo como prefiráis) se han invertido 3 años y probablemente una cantidad sonrojante de millones pero estéticamente: ha merecido la pena.

Dentro podremos encontrar 33 puestos donde podremos disfrutar de sushi, ostras, golosinas, granizados… bares, tiendas gastronómicas y tabernas cuidadas hasta el más mínimo detalle dan vida a este mercado que merece la pena visitar. Pero no termina ahí, con la reforma el nuevo mercado ha habilitado un espacio central donde se celebran pequeños conciertos, lecturas y reuniones mezclando así cultura y gastronomía; por lo tanto, el mercado amplía así sus horizontes dejando a un lado su antigua imagen para ubicarse como referente culinario-cultural en el centro de la capital.

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