Precious ha dado mucho que hablar, aquí la hemos conocido gracias a sus nominaciones a los Oscar y a las curvas de su protagonista, aunque buscando un poquito más encontraremos que Precious (bajo el nombre de Push: Basada en la novela de Sapphire y sin distribuidor) logró el Premio del Público y el Premio del Jurado en el Festival de Sundance (meca del cine independiente) donde además M’onique obtuvo el premio a mejor actriz de reparto.

Tras Sundance la película encontró distribuidor de la mano de la reina Midas de EE.UU. la señorita Oprah Winfrey desde eso momento Precious (ya con su nombre final) se dedicó a cosechar premio (6 nominaciones a los Oscar, aunque solo se hizo con 2 categorias, 4 a los premios BAFTA donde logró una estatuilla…) y alabanzas, aunque un pequeño grupo de críticos cinematográficos comenzaron a decir que la película no contaba lo que vendía en su promoción.

¿Es entonces Precious: héroe o villano? Pues para resolver tal pregunta he decidido hacerme con una copia y así poder emitir mi propio juicio… ¿Héroe o villano? Pues probablemente ni lo primero ni lo segundo. Precious es un drama, un drama con mayúsculas, incluso un drama demasiado acentuado y aunque la película es de Lee Danields por momentos parece de Spike Lee en esa crítica total al hombre blanco y a su estilo de sociedad. Y es esta una de las mayores trabas de la cinta, la historia: demasiado duda para ser real, abusos sexuales, vale; un madre que no la acepta, de acuerdo; dos hijos con 16 años, lo asumo, pero a partir de ahí no me creo nada más… que si VIH, que si la profesora, que una escuela alternativa… no digo que no haya personas que hayan tenido que pasar una situación parecida pero no nos pueden pedir que nos la creamos a pies puntillas…

Y es que Precious trata de conmover, lo pretende, lo busca e incluso lo necesita… vamos, que te das cuenta de que quiere que algo se renueva en tu interior consiguiendo el efecto contrario: que te separes de la cinta y la veas como algo ajeno a ti… y es que tanto sufrimiento, tanto lloro y tanta injusticia consiguen que nos aburramos, perdiendo así el golpe de efecto, la colleja en nuestras conciencias dormidas.

Capítulo aparte son la interpretaciones; Precious supone un gran debut para Gabourey Sidibe, quien da vida a la sufrida joven, aparecen también Mariah Carey, menos tonta (y glamourosa) que en otras ocasiones y Lenny Kravitz (supongo que este último aparece porque habría que meter un tío bueno entre tanta mujer) pero quien destaca es M’onique: tirana, rastrera en incluso con principios de personalidad múltiple… es una víbora y lo que es peor, no parece un papel fluye con total naturalidad.

Precious tiene muy buenas intenciones que de tanto luchar por ellas y exponerlas las vuelve manidas y aburridas; Precious es digna, correcta pero no increíble y maravillosa como nos venden desde el otro lado del Atlántico.