Un Conejo Sin Orejas (Keinohrhasen)

Los que leéis el blog ya os habéis dado cuenta que siempre me quejo de una cosa en las comedias románticas: su falta de originalidad, pero e...

Los que leéis el blog ya os habéis dado cuenta que siempre me quejo de una cosa en las comedias románticas: su falta de originalidad, pero en ocasiones, en medio del desierto encontramos un oasis y Un Conejo sin Orejas es eso: un maravilloso y original oasis.


Un Conejo Sin Orejas es una comedia romántica escrita, dirigida e interpretada por el alemán Til Schweiger al que más de uno recordareis por Malditos Bastardos. Y quizás sea su procedencia o su manera de contar las cosas pero Un Conejo Sin Orejas tiene algo que la diferencia de esas típicas comedias románticas que estamos acostumbrados a ver.

Un día hablando de cine con una persona apasionada por este arte decía que “las películas con niños siempre son interesantes” y es que los niños (los hijos del propio Schweiger) dotan de una inocencia perdida en los adultos a la historia. Las miradas de los pequeños en Un Conejo Sin Orejas son realmente tiernas, creíbles y sobre todo dulces, miradas que logran dibujar una sonrisa en nuestras caras y logran una complicidad total.

Un humor dulce impregna toda la cinta convirtiéndola en un buena película (los planos de Berlín en Tiergarten o la Victoria son fascinantes), una de esas películas que te hacen recuperar la fe en un producto totalmente prostituido por el Star System americano. Una cinta que merece la pena.
Eso sí: la banda sonora mejor tenerla lejos y mucho más bajita…

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