Los ocho episodios de los que se compone son cada uno más “intrépido” que el anterior aunque sin duda se lleva la palma el del actor porno que se enamora de su compañera de secuencia en mitad del rodaje, un rodaje que lleva un director con una barba menos creíble que esas que nos ponemos en carnavales para hacer el gilipollas.

Pero entre tanta basura brilla (no sé si por calidad o por comparación) el corto María en el Ascensor, el único que realmente cuenta algo que no sea simplemente sexo animal.

Y siento ser tan malsonante en esta crítica pero la hago a la altura de la cinta; una cinta que intenta ser un baladí pero que realmente no es nada o por lo menos nada positivo. Sexo, Amor y Otras Perversiones podría haberse titulado: Sexo (del malo), Aburrimiento y Otros Señores que Pasaban por Ahí y no Tenían Nada Mejor que Hacer.

Una cinta con la que mejor no perder el tiempo.