Damien Hirst ¿Arte o Negocio?
17:02:00
Hace unos días os traía una “espeluznante” obra del artista Damien Hirst, el artista vivo con más millones en su cuenta corriente, y es que quizás Damien Hirst haya dejado de ser arte para convertirse en negocio.
De lo que no hay duda es de que a Hirst le gusta provocar de manera brutal al espectador y es que además de la calavera probablemente ya os hayáis topado con peceras de formol con ovejas o tiburones diseccionados en su interior, pues bien, estas obras también son creación del Hirst quien convirtió el parto de su hijo (por cesárea, por cierto) en otra obra donde podemos ver el cuerpo del bebe, las tijeras de los cirujanos y una cantidad indecente de fluidos (véase sangre, liquido amniótico…).
Pero Damien Hirst es mucho más que un creador, es un empresario del arte; por ejemplo en su estudio actual aglutina jóvenes creadores que desarrollan su obra, es decir, en cierta manera se ha convertido en un arquitecto del arte quien se rodea de un estudio de arquitectos donde él es el líder y quien firma y vende los proyectos. Como podéis ver: todo un empresario, no en vano y como ya hemos dicho, es el artista vivo más rico.
Denostado por sus compañeros de profesión (lo ha tachado de populista e incluso irreverente con el mundo del arte), impopular entre marchantes y galerías (ha sido el primer artista que ha realizado una subasta directamente saltándose así los intermediarios y asegurándose el 100% de los ingresos por ventas) Damien Hirst es el genio del arte contemporáneo y todo lo que toca, al igual que el Rey Midas, lo convierte en oro o por lo menos consigue que su precio se dispare.
Hirst nació en Leeds, en el seno de una familia obrera y alcanzó en éxito en los 90 convirtiéndose en el niño mimado de las galerías de arte contemporáneo, las mismas que ahora tiempo problemas en deshacerse de sus obras debido al precio tan sumamente alto que han alcanzado y el es Hirst al igual que la espuma ha subido y subido hasta ahogar al nadador que jugaba con ella.
2 seres inteligentes han dicho y tú, ¿a qué esperas?