The Wolfman crea en mí un conflicto interno: por un lado están los actores, la historia… pero por el otro he notado que le falta mucho ¿mucho para qué? Pues realmente no lo sé, será que yo me esperaba mucho (muchísimo) más.

Comencemos por la historia, The Wolfman es una revisión al clásico de Universal de medido de los 70. Por lo tanto, los apasionados del cine de terror ya sabéis la historia que nos depara… ventajas: no existe engaño, sabemos que vamos a ver en todo momento. Desventajas: en ciertos momentos (a poco que utilicemos el cerebro) se convierte en un poco previsible. Y en la historia es donde digo que esperaba más, no en lo que cuenta, si no en como lo hace; cuando pienso en un lobo pienso en un animal depredador, un asesino en busca de sangre pero a este lobo le falta pasión, es un lobo esquemático que se mueve en unos parámetros que todos ya conocemos y que es malo, pero es malo hasta el punto que sabemos que va a ser, hasta el punto que sabemos que no nos va a asustar.


Sigamos avanzando: los actores. Encontramos primero a Benicio del Toro, está claro que su actuación no es como la que hace en el Che, desde mi punto de vista se deja llevar sin aportar demasiado a su personaje (eso sí, la transformación de hombre a lobo es realmente bueno, sobre todo en los dedos)… no sé del Toro no me ha convencido ni transmitido en ningún momento. Tras del Toro me gustaría hablar de Anthony Hopkins, su sola presencia ya intimida y en todo momento sabes que esa barba blanca oculta algo cruel y macabro… con diferencia Anthony Hopkins es lo mejor de la cinta. Encontramos por último para cerrar este triangulo a Hugo Weaving, el conocido Agente Smith, su actuación es normalita, pasa sin pena ni gloria por la pantalla pero quizás tampoco podía dar mucho más en su papel de persecutor.

Estéticamente The Wolfman brilla con gran intensidad: ambientación barroca, con telas de araña y manicomios capaces de inquietarnos tan solo con la luz de sus pasillos.

The Wolfman me deja frío, ¿es mala película? Realmente no, ¿la recomiendas entonces? Pues tampoco (y mucho menos pagar una entrada para verla) y es que la sangre no es sinónimo de pasión… Sangre tiene pero de pasión carece.