Y es que las imágenes de Duchovny en su sillón para la piscina, vagando en el agua, entre las sirenas de esta temporada, con una botella del mejor whisky en su mano son lo mejor de la temporada (y no porque esta haya sido malo).

Pero sigamos un ordén. Como no podía ser de otra manera Californication comienza por todo lo alto, con Hank y una mujer en la cama hasta que Hank, como no, mete la pata... después de tanta espera, en ese momento nos damos cuenta de por qué nos gusta tanto esta serie y nos damos cuenta que por mucho que los guionistas intenten cambiar Californication siempre seguirá siendo Californication.

Hank, ahora que las musas le han abandonado (y Mia ha robado su novela), se dedicará a la enseñanza... ¿qué sucederá con un Hank Moody rodeado de univeritarias? Pues la respuesta es realmente fácil... y es que el rollo caradura Moody esta temporada pierde interés pero esto no rebaja el nivel de la serie ya que la relación de Hank con su hija, Becca, cambia de tal manera que atrae la atención del espectador.

Alrededor de Hank continúan personajes como Becca (de la cual ya hemos hablado antes), Charlei y Marcy, quienes siguen divorciándose aunque compartiendo casa y Karen, quien al final de la pasada temporada comenzaba una nueva vida en Nueva York y que regresará a la vida de Hank (y de Becca) a lo largo de la temporada.

Una serie que como hice con la primera y la segunda temporada os recomiendo, una serie que como Weeds traspasa lo politicamente correcto y que debemos ver sin prejuicios, una serie divertida y tierna a partes igual porque por muchas mujeres con las que se acueste Hank, al final no deja de ser un sentimental.

Vuelve pronto Hank Moody!