La Pasión Turca (I)
17:01:00
Este pasado domingo en Turquía. Y no lo he hecho porque me temía el naufragio (que no tragedia como muchos nos quieres vender).
Llegaba a Turquía la selección con la vitola de equipo a batir impuesta por la prensa, la misma prensa que jornada tras jornada pasa del baloncesto, la misma que habla más de NBA que de ACB… oportunistas, creadores de basura comercial (véase la “maravillosa” marca ÑBA) y a fin de cuentas buitres.
Pero España llegaba a Turquía mucho antes de perder de tan solo un punto en la Caja Mágica contra esa archipotencia llamada Estados Unidos. La historia de esta selección comienza con una renuncia: la de Pau Gasol, el mejor jugador español de la historia (le duela a quien le duela), ese día comenzó el mundial para España.
Y es que es demasiado complicado enfrentarte a la mejor competición del mundo sin tu mejor jugador, sin tu adalid, sin ese monstruo que infunde pánico en los equipos rivales con tan solo pisar el parquet (para los que penséis que ya estoy salvando a Scariolo os recomiendo que sigáis leyendo)… para los que penséis que esto no es más que una excusa os recomiendo que echéis un ojo más allá de España y os fijéis en una Alemania sin Nowitzki, en una Argentina sin Ginobili o en una Rusia sin Kirilenko.
Pero la baja de Pau Gasol no fue la única del cuadro español, después de toda la preparación, en el último partido de la misma, se rompe el cerebro del equipo, llamada de urgencia a Raúl López y galones de director a un niño de 19 años al que se ha ensalzado a la misma velocidad que intentaran derribar, un joven llamado a ser pero que hoy no es.
Y comenzó el mundial tras una preparación en la que el equipo no había jugado a nada; muchos de nosotros nos engañábamos pensando que el Mundial sería mejor, que los sistemas comenzarían a funcionar, que los jugadores se implicarían en el proyecto (cosa que no han hecho, que no hicieron en el europeo y que dudo que hagan en los Juego Olímpicos) pero la realidad es que España ha sido una selección que no ha alcanzado las expectativas puestas en ella y que ha sido decepcionante, aunque como bien escribió Schell en Marca: hace no mucho, este sexto puesto se hubiese casi casi celebrado… pero hoy, gracias a la campaña de su medio, se ha convertido en una quema de brujas.
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