Animales de Compañía más que una película es una obra de teatro: la historia discurre dentro de una casa y los planos son en su mayoría colectivos y ocurre lo que ve el espectador, no hay sitio para una intrahistoria. Animales de Compañía es un retrato familiar

Animales de Compañía es como película mediocre y limitada; limitada por su forma y estilo, por su manera de contar las cosas, por su guión. Pero Animales de Compañía tiene un don: sus interpretes, que al igual que si se tratase de una obra de teatro brillan con sus personajes y es que aunque no estén demasiado definidos por el guión sí lo están por los actores, creíbles, cercanos y conviccentes (incluso Nancho Novo dando vida a un gafapata totalmente cool).

Pero Animales de Compañía lucha por ser una comedia y no lo consigue, se queda en simple tragicomedia relegando los momentos de humor al personaje de Nancho Novo.

No, Animales de Compañía no es una buena película pero al verla sabemos que si no llega ser por esos actores Animales de Compañía hubiese sido una cinta mucho peor e infumable en muchos momentos. Y sí, Animales de Compañía no te ofende, se deja ver, pero al final piensas: "para una mierda así me veo una americana que por lo menos suena una música mejor".