Hacia Rutas Salvajes (Into The Wild)

¿Y si rompiésemos con la vida acomodada y nos dedicásemos a vivir? Esa es la incógnita que nos plantea Sean Peen en la adaptación a la gran ...

¿Y si rompiésemos con la vida acomodada y nos dedicásemos a vivir? Esa es la incógnita que nos plantea Sean Peen en la adaptación a la gran pantalla de Hacia Rutas Salvajes, la biografia de Chris McCandless, un joven que vivió bajo sus propios ideales (con sus pros y sus contras).

A los 20 años Chris McCandless se graduó, con unas notas de lo más interesante, donó todos sus ahorros a Intermon y comenzó a vivir; a vivir de una manera idealista, con sus propias normas alejadas de las que la sociedad intenta imponer al individuo. Lo abandona todo, incluido su nombre y nace de nuevo como individuo con sus propias normas.


Muchos de vosotros diréis que Alexander Supertramp o Chris McCandless es un romántico moderno, un héroe, un líder, un libertador… y es que eso es lo que intenta hacernos creer Sean Peen quien se coloca constantemente y justifica cada acto de Supertramp. Pero no me parece del todo justo: McCandless, Supertramp o como queráis llamarlo, no se convierte en un individuo libre, se convierte en un individuo egoísta, mucho más que cualquier joven de su edad, de familia acomodara que conduce un deportivo… McCandless destroza a su familia (incluyendo a su hermana, fiel aliada del mismo), McCandless interfiere en la vida de unos neo-hippies, McCandeless rompe las ilusiones de un anciano… ¿en McCandless el héroe que Sean Penn nos vende o el villano que yo os muestro? Pues es probable que no sea ni lo uno ni lo otro y las dos cosas a la vez, juzgarlo os pertenece.

No hay duda que Hacia Rutas Salvajes es una cinta intimista de excesivo metraje que se precipita en los instantes finales, donde Supertramp torna de nuevo en McCandless e intenta reconciliarse con todo lo que le ha perseguido (a mi modo de ver, sin demasiada suerte). Hacia Rutas Salvajes es irregular, mística y como ya hemos dicho, intimista pero no es lo grandiosa que pretende con su “grandioso” héroe y su “grandiosa” hazaña.

Y es que Hacia Rutas Salvajes lo tiene todo: una gran fotografía, una gran historia, un gran héroe, un gran actor… pero de tan grande que es no llega y deja un sinsabor en el paladar del espectador ¿es lo que busca el irreverente Peen? Lo dudo mucho. No, Hacia Rutas Salvajes no me ha convencido, lo siento Sean, otra vez será.

Pero Hacia Rutas Salvajes guarda un pequeño secreto en forma de música, ya que Eddie Vedder, frontman de Pearl Jam, se disfraza de trovador y acompaña a la historia con su guitarra.

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