Yo, mi, me, Contigo... y con Sabina

He de comenzar siendo sincero y reconociendo que con Sabina tengo una relación de amor-odio muy especial. Amor porque creo que es un maestro...

He de comenzar siendo sincero y reconociendo que con Sabina tengo una relación de amor-odio muy especial. Amor porque creo que es un maestro de las letras, que consigue crear canciones que te llevan a otros momentos, que traspasan el tiempo, la edad y miles de cosas mĆ”s que hoy no vienen a tiempo. Y odio por el personaje en sĆ­, un personaje que vendĆ­a su comunismo libertario, el ser de izquierdas, el ser republicano… el mismo personaje que momentos despuĆ©s pedĆ­a el “voto Ćŗtil”, que recogĆ­a un premio como el PrĆ­ncipe de Asturias, un comunista afiliado a la SGAE que ahora cobra por la cultura… pues en esta tesitura me presentaba en el concierto que Sabina ofrecĆ­a en el Recinto Ferial de Santa Cruz de Tenerife el pasado sĆ”bado.

La verdad es que entramos pronto, me sorprendió ver la disposición del recinto: una nave con tejado a dos aguas con el escenario al fondo y diversas barras de bar en el centro y los laterales. Tomamos posiciones, bastante bien situados por cierto. Y a la hora estipulada salĆ­an al escenario los teloneros de cómo ellos mismos dijeron “del maestro”. Se llaman Altraste y son un grupo local, bueno, para mĆ”s seƱas de La Orotava pero vamos insulares (o no-godos como prefirĆ”is verlo).
La verdad es que al Altraste no suena mal, son correctos, incluso buenos por momentos pero sĆ­ es verdad lo que mi (estupenda) compaƱƭa me comentaba: son correctos pero ni emocionan ni destacan en nada… y tiene razón, Altraste cumple, cumple con buena nota incluso pero le falta el momento mĆ”gico, eso que diferencia a los buenos de los mejores; lo sĆ©, es difĆ­cil de entender pero mucho mĆ”s difĆ­cil de explicar.

Tras una horita sobre el escenario Altraste terminaba su actuación entre vítores de amigos, novias y conocidos; quedaban ya pocos minutos para que Sabina tomase el escenario y las 14.000 almas allí congregadas así lo sabían. A la hora prevista (22.00 horas) una proyección comenzaba en las pantallas gigantes situadas a ambos lados del escenario, sonaba una versión orquestal de Y Nos Dieron las Diez y el público ya rendido se dedicaba a cantar. Sí, tal y como leéis, Sabina había ganado la batalla si tan siquiera salir al escenario.

Terminada se dibuja la silueta de un mĆŗsico tocando un acordeón, poco a poco el resto de la banda sale a escena hasta que ocurre ese momento tan mĆ”gico (sĆ­, no encuentro otra palabra para definirlo) en el que JoaquĆ­n Sabina sale al escenario y mi piel se erizo y tengo esa extraƱa sensación de que algo especial e indescriptible estĆ” sucediendo ante mis ojos y que cuando me siente a escribir la crónica no sabrĆ© como hacerlo. Suena TiramisĆŗ de Limón y a mĆ­ me da igual que Guti o Pereza le hayan hecho los coros, paso, solo disfruto emocionado por lo que estoy viendo ahora mismo me da igual la SGAE, RamoncĆ­n y Michael Jackson, me da igual que llueva en Tenerife o que maƱana me tenga que despertar temprano porque tienes que comer en casa de tus padres… ¿dónde crees que vas?¿quiĆ©n te parece que soy?...

Sabina viste pantalones turquesa, chaquĆ© y una camiseta que reza “La Cosa EstĆ” Muy Mala”, evidentemente como todos sabĆ©is lleva bombĆ­n, su nuevo fetiche. Es pequeƱo, mucha mĆ”s pequeƱo de lo que siempre imaginĆ©, mueve las caderas y el recinto ferial chilla enloquecido, estĆ” claro, Sabina esta noche es un mesĆ­as.

Tras Viudita de Clicot se dirige por primera vez al pĆŗblico y… sĆ­, lo habĆ­a imaginado muchas veces pero esta vez era cierto: estaba en un concierto del seƱor ese que hizo famoso a Krahe, el mismo que algĆŗn dĆ­a fue un tĆ­o polĆ©mico y que ahora quizĆ”s simplemente sea un adorable seƱor de casi setenta tacos que vive en buena parte de tiempos pasados pero yo estaba allĆ­ mĆ”s feliz que una lombriz cumpliendo uno de esos sueƱos tontos que todos tenemos.

Llegaron Medias Negras, Peor para el Sol o Por el Boulevard de los SueƱos Rotos (no en este orden), flipĆ© con Pacto Entre Caballeros o Llueve sobre Mojado (sin Fito, que pena), me erizó la piel Peces de Ciudad (que por mucho que diga mi padre merece mucho mĆ”s la pena cantada por Sabina que no por Ana BelĆ©n), cantĆ© La del Pirata Cojo y Princesa (versión elĆ©ctrica) y me di arrumacos Contigo (y contigo), recordĆ© tiempos pasados Y Sin Embargo me divertĆ­ mucho… sĆ­, me faltó alguna Calle MelancolĆ­a por ejemplo, me sobraron las Pastillas para No Dormir, me hubiese gustado conocer a Barbie Superstar o hacer Ruido encima de una discoteca…

Pero sabĆ©is, tras mĆ”s de dos horas y media frente a Sabina sigo sin saber que lo hace tan sumamente especial… que sĆ­, que no tiene voz, que sĆ­ que estĆ” cascado, que sĆ­… pero Sabina es Sabina, un monstruo del escenario que da a cada uno lo que quiere y que en algĆŗn momento, aunque haya 14.000 tĆ­os mĆ”s, parece que canta para ti (para mĆ­, para nosotros) solo.

AquĆ­ os puede interesar

2 seres inteligentes han dicho y tĆŗ, ¿a quĆ© esperas?