The Visitor

La madurez en el caso de este hombre implica soledad y desmotivación, sin su mujer la vida de Walter no merece la pena pero todo, en un ins...

La madurez en el caso de este hombre implica soledad y desmotivación, sin su mujer la vida de Walter no merece la pena pero todo, en un instante puede cambiar. Y eso es lo que sucede cuando Walter regresa a su piso de Nueve York y en él a Tarek y a Zainab, una pareja de emigrantes sin papeles.

Comienza entonces una historia intimista de relaciones humanas, de personas que se ayudan mutuamente sin esperar nada del otro, en cierta manera una historia de ideales en desuso. Y he aquí uno de los puntos fuertes de esta cinta: en ningún momento trata de dramatizar las situaciones, tan solo las expone y las cuenta.

El reparto es sin duda soberbio: miradas y silencios transmiten sentimientos sinceros. Richard Jenkins simplemente es genial, genial desde su desolación hasta sus “concierto” bajo tierra; su personaje es probablemente el de mayor evolución de la cinta y repito: genial, los momentos en el centro de detención. Tarek es Haaz Sleiman quien encarna al joven inmigrante y da réplica a Jenkins, y realmente es mucho más que un secundario, sobre él recae el peso de la historia.

Un guión genial, trabajado y sin fisuras. Una historia honesta (aunque en algún momento pueda pecar de tópica) que no pretende hacer, que simplemente cuenta historias humanas. Y eso quizás la convierta en lo que es: las simples historia claman justicia no hace falta que el director enjuicie, ya lo hace la historia por si misma, es un grito en silencio.

Quizás The Visitor no se valora lo suficiente con la llegada de los créditos finales; sin duda The Visitor merece la pena.

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