Me hice con Alpha Dog porque tanto el título como el cartel (supuse que se trataba de una película coral) llamaron mi atención sin saber en ese momento que se trataba de un documental (de ficción) sobre el asesinato de un chico a manos de una cuadrilla de jóvenes gánsteres veinteañeros, convirtiéndose su líder en uno de los asesinos más jóvenes de la historia de EE.UU.

En los primeros momentos, Alpha Dog engancha, es excéntrica, la parte del secuestro incluso resulta divertida… ver como secuestrado y secuestradores unen lazos en las situaciones más divertidas es interesante; además el papel del neonazi speedico es realmente divertido pero poco a poco la cosa se tuerce… hasta llegar a un desenlace final precipitado y sobre todo poco creíble. No quiero decir que no sea creíble por lo sucedido si no porque la ambientación, las formas y las actuaciones en los últimos minutos de la cinta no son creíbles en ningún momento.

Ya solo nos queda el desenlace, hemos perdido la tensión de la cinta y también la diversión; ya no merece la pena… tan solo esperamos la muerte y fuera, poquito más, ya no nos cuentan nada.

La estética documental tampoco ayuda demasiado ya que los textos que acompañan a las imágenes nos cuentan que va a suceder al final eliminando la poca tensión que nos puede quedar hasta llegar al desenlace (que con un poco de suerte no sabemos de antemano), la verdad es que Cassavetes parece que quería cargarse su propia cinta en ciertos momentos.

Entonces ¿me ha gustado algo de Alpha Dog? Pues sí, la actuación de Ben Foster por encima de todo y decir que también me ha sorprendido gratamente el papel de Justin Timberlake (que no baila); pero sí, Ben Foster hace quizás el personaje más excéntrico (y también con más registros) de la cinta; sí, de acuerdo, en ciertos momentos sobreactúa pero sin duda su papel se presta a ello.

Lo dicho, si Alpha Dog fuese una comedia irreverente no encontraríamos ante un producto interesante (en un target) pero como es un docudrama pues… la verdad, es un poco asquerosillo.