Dejad de Quererme (Deux jours à tuer)

Lo reconozco, escribir la crítica de Dejad de Quererme me ha resultado un tanto complicado. Y a continuación os explico por qué me ha suce...

Lo reconozco, escribir la crítica de Dejad de Quererme me ha resultado un tanto complicado. Y a continuación os explico por qué me ha sucedido esto.

Decidimos ver Dejad de Quererme en cama, antes de dormir; nos metimos bajo las sábanas y comenzamos a ver como Antoine comenzaba a destrozar su vida con una sinceridad aplastante y sin tapujos pero en ese momento, mi compañera vio el futuro y dijo “este tío…” (no os cuento más para no destrozar la cinta); vale, perfecto, correcto, dejamos seguir la cinta, bien trabajada, bien tratada, bien elaborada… y ella tenía razón.

¿Puede ser una buena cinta si es tan previsible (para ella)? ¿Se trata entonces de una cinta mediocre por lo mismo? Y el gran trabajo del reparto, ¿no merece la pena acaso? Y es que tanto Albert Dupontel como su Marie-Joseé Croze dotan a esta cinta de una extraña frescura y espontaneidad.

Jean Becker plantea una película que no persigue nuestras lagrimas si no la redención de un individuo que busca alejarse de todo y de todos por ese motivo que ella adivinó a los 10 minutos. Un cine amable aunque trate de temas duros, un cine optimista que se cierra con una sonrisa. Presenta el cineasta francés una cinta sólida y sin fisuras, una cinta que quizás venda demasiado pronto su giro final, el giro final de una brillante vida.

Por ello, porque el final pesa demasiado, porque adivinó demasiado pronto que pasaría, he decidido que:

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