Brick fue en 2005 el debut de Rian Johnson (quien además firma el guión), un debut que cosechó muy buenas críticas en el Festival de Sundance pero que a mí no me ha llegado en ningún momento.

Brick es una de esas cinta halagadas por aquellos que dicen amar el cine independiente pero yo encuentro un problema: en Brick, la historia está mil veces contada, con una sola diferencia: esta ocurre en un instituto americano… esa sin duda es la mayor novedad de Brick (bueno, eso y que se puede hacer una película con cuatro duros, está claro). En Brick encontraremos todos y cada uno de los míticos personajes del cine negro, y aquí encontramos otra novedad: no vemos gánsters con sombrero de ala ancha, no, aquí los protagonistas son chicos jóvenes (evidentemente es una historia de instituto) quienes dan vida el típico sabueso, al típico matón, a la típica femme-fatale, al típico malo-malísimo…

Brick no es una cinta que se ve con facilidad: su ritmo es lento; en ningún momento es fluido y los diálogos son aplastantes (y prepotentes, sea dicho de paso). Las actuaciones son demasiado forzadas, en ningún momento son creíbles y es que la prepotencia que antes que los personajes se van demasiado forzados.

Por cierto, ¿no os ha recordado el protagonista a Fele Martínez en Tesis?