Y para cerrar la noche tocó el turno de los madrileños Miss Caffeina quienes llegaban a Tenerife para presentar su primer disco tras, si no me equivoco, cuatro EPs. Pero al parecer pocos de los allí presentes nos acordamos que al festival le quedaba una banda ya que La Vieja Morla la mayor parte de la sala decidió que bastaba por aquella noche y abandonó la sala. ¿Ventaja? Hablaron en la calle y por lo menos pudimos escuchar el concierto de los otros godos, ay perdón, quería escribir peninsulares.


Me gustaría analizar detenidamente a Miss Caffeina: si los cogiésemos y los dejásemos en el medio de una plaza con sus instrumentos Miss Caffeina conseguiría que bastantes personas se arremolinasen a su alrededor y aplaudiesen sus canciones, el problema es cuando los subes a un escenario los miras y piensas “no lo hacen mal” (incluso alguna de sus canciones, como N=3, me ha gustado bastante) pero entonces ¿Dónde está el problema? Pues no en ellos, si no en la competencia: Miss Caffeina recuerda demasiado a Vetusta Morla, incluso me atrevería a decir que son como ellos pero sin la solvencia que el éxito de Un Día en el Mundo aporta a los de Tres Cantos.

Miss Caffeina no suena a frescos, quizás también por su producción de la que es responsable Ricky Falkner (casualidad el mismo que de Zahara o de los padrinos de esta: Love of Lesbian) o quizás porque en los últimos años ha existido una saturación de bandas de este estilo: Sidonie, Vetusta Morla o incluso Nudozurdo pueden hacer bajar enteros a esta banda; de todas formas debemos decir que Miss Caffeina acaban de ser comparada con las mejores o mejor dicho, más vendedoras bandas del indie nacional.


En definitiva el Gafapasta no ha sido un buen festival de indie, de hecho, no ha sido un buen festival, para la mayoría ha sido una reunión de bandas amigas a la que invitas a dos de fuera pero que te importa más bien poco como lo hagan, tú vas allí para ver a tus amiguetes y tomarte unas cervezas y en el mejor caso ligar con tu compañera de clase a la que le miras el culo cada vez que se levanta a la pizarra.

Pero recapacitando, pensando fríamente, el Gafapasta es un festival que acaba de nacer, que le queda mucho que caminar y que ha empezado a gatear de buena manera: atrayendo público y acercándole propuestas que son difíciles de encontrar en esta isla; un pequeño paso para los allí presentes, un gran paso para el indie en esta isla. ¡Ah! ¿Gafas de pasta? Las del bajista de Burdel.