Silencio Roto

Recuerdo que hace muchos años una noche al llegar a casa puse la tele (La2 concretamente), recuerdo que estaban dando Versión Española, aque...


Recuerdo que hace muchos años una noche al llegar a casa puse la tele (La2 concretamente), recuerdo que estaban dando Versión Española, aquel programa de cine español sin interrupciones que presentaba Cayetana Guillén Cuervo, recuerdo una película sobre maquis, fascistas y guerras que por mucho que pasen los años jamás concluyen, recuerdo también que aparecía Lucía Jiménez…

Hace no mucho en la web de cine habitual aparecía Silencio Roto, en ese momento la recordé y me hice con ella, quería conocer (como ya os he dicho) esa historia de maquis y fascistas.

Después de ver Silencio Roto no tengo demasiado claro que escribir. Silencio Roto retrata esa España postbélica donde cada vecino, cada persona, cada… era potencialmente un enemigo, sin importar los años que se hubiesen compartido antes, Silencio Roto retrata las dos Españas, las de los vencidos y la de los vencedores (la llaman así aunque personalmente opino que no hubo ningún vencedor, tan solo perdedores).

Silencio Roto puede pecar en ocasiones de lenta, de excesivamente intimista, incluso de aldeana pero posee algo muy difícil de explicar; es una de esas cintas que no son cómodas de ver, que en ocasiones deseas que tan solo terminen pero que cuando lo hacen notas que algo en tu interior se mueve… y es que Silencio Roto deja en tu interior un poso extraño o ¿cómo si no se explica que hayan pasado 7 u 8 años desde aquella noche y siga recordando aquellos minutos de metraje?

Pero Silencio Roto no son solo maquis y fascistas, Silencio Roto cuenta con un casting que borda sus papeles. Sobre todos destaca ella, Lucía Jiménez, quien da vida a la mujer sobre la que gira la cinta… consigue que su papel se convierta en algo más que un personaje, es una mujer real, una mujer que sufre, una mujer con ideales, una mujer que ama. Pero Jiménez no está sola: Juan Diego Botto, Mercedes Sampietro (papelazo), María Botto, Pepo Oliva… y el increíble Álvaro de Luna, su papel realmente increíble, creando uno de esos personajes con los que me gustaría compartir mesa, uno de esos que cree en banderas y que lucha por ellas, que cree en la paz aunque le hagan la guerra, que prefiere morir dignamente a vivir bajo un yugo que no ha escogido. Sin duda Silencio Roto merece ya la pena por el portentoso trabajo de Álvaro de Luna.

Probablemente Silencio Roto no lo guste a la mayoría, incluso no me atrevo a asegurar que me guste a mí, pero sí os puede decir que no os dejará indiferentes. Por ello creo que Silencio Roto:


Qué bueno eres Armendáriz.

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